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Analistas 17/02/2024

Un fenómeno llamado Swift

A muchos de ustedes les puede sonar exagerado plantear que Taylor Swift es una de las personas más importantes e influyentes en el mundo, pero efectivamente lo es: no es sino que se dé una pasada por los medios de comunicación, y por supuesto, las redes sociales. ¡Todo huele a Taylor!

Todo parece indicar que el fenómeno llamado Taylor Swift es superior a todos los anteriores, nunca antes una cantante había movilizado el tamaño de las masas que ella moviliza en todos los países del mundo. No sólo estamos hablando de quienes la admiran y la siguen por su música; su impacto se ha extendido al ámbito político, deportivo y económico. Dicen que las celebridades deberían mantenerse al margen de temas políticos, finalmente viven del público, de su imagen y cualquier concepto, cualquier palabra mal dicha, mal interpretada o inconveniente para ciertos sectores podría representar poner en riesgo su carrera, sin embargo si algo hace parte de la naturaleza de Taylor es ir contracorriente, y quizá, ese es uno de los aspectos que ha ayudado a crear esa figura de hoy que parece ser indestronable.

Sus fans, los llamados “Swifties” la han acompañado desde sus inicios, desde que era una niña dulce y frágil, que estaba entrando a competir en una industria difícil, un sector económico que le hizo pagar el precio de querer triunfar en Hollywood. No han sido pocas las batallas que ha tenido que luchar, se ha tenido que ganar su lugar a pulso, pero esto sólo la ha hecho más fuerte. Su vida privada, sentimental, tristezas y alegrías, han sido inspiración en casi todas sus canciones. Melodías que son una puerta de entrada a su alma, espíritu y corazón; ella no se guarda nada y por ello ha logrado crear una cercanía, un vínculo muy fuerte con su público. Los “Swifties” la sienten realmente como su amiga. Taylor es una de esas artistas que no necesita defender su talento, pues éste habla por sí mismo; canta, compone y toca la guitarra como los mejores de la historia, su talento es innegable y si a eso le sumamos un grupo de fans global, que le son fieles a ella a muerte, que la consideran de la familia, le hacen caso, es un fenómeno nunca visto, y que le da el potencial para incursionar en cualquier ámbito en el que decida meterse. El impacto siempre estará asegurado. ¿Cuándo nos íbamos a imaginar a Taylor Swift metida en el fútbol americano y logrando la mayor audiencia en todos los años? No fue sino que empezara su relación con Travis Kelce, uno de los jugadores más importantes de los Kansas City Chiefs, para que cambiara el juego literalmente.

Las transmisiones no volvieron a ser las mismas, la enfocan cada que pueden porque saben que arrastra audiencia y eso se traduce en dinero. Ella es la noticia donde quiera que vaya, la gente está cansada de verla en todos lados, es imposible abrir un portal, leer una revista o prender una pantalla y no ver alguna noticia relacionada con los “Swifties”. El mundo está obsesionado con esta mujer y su universo y no parece haber como frenarla. Se cayó, se levantó, se hizo fuerte, su público la adora y ahora es imparable. Quizá esa sea la receta, conectar mucho más allá de la música, mostrarse vulnerable y permitir al público sentirse parte de una historia de éxito.

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