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Para celebrar 30 años de la Constitución del 91 se convocaron ejercicios de reflexión por parte de universidades, organizaciones estudiantiles, la Esap y varias entidades. Invitaron a los 34 constituyentes que aún viven como guardianes de la heredad.
Qué grato apreciar la evolución personal de los constituyentes, los noto más reflexivos, más sólidos y mantienen el mismo espíritu conceptual, renovador y amor al país.
Los temas más solicitados para analizar son: la tutela como el más importante logro, el Estado Social de Derecho, cómo fue construido el primer artículo, los procesos de descentralización y autonomía regional, los derechos fundamentales y cómo funcionan las entidades creadas como la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía, la Corte Constitucional, el Banco de la República y el Sistema Penal Acusatorio.
También indagan por el funcionamiento, en la realidad, de los nuevos procesos de democracia participativa, que son una evolución de la anterior democracia solo representativa. La participación ciudadana actual es ahora mucho más integral y una actividad más directa de los colombianos. Se complementa este tema con procesos de capacitación para una mejor utilización de los mecanismos de participación democrática, que abundan en la Constitución del 91, pero no se aplican correctamente.
La principal pregunta, la más recurrente, es si la Constitución cumple a cabalidad con sus metas y propósitos. Hay dos puntos de vista para responder; El primero es el académico, el teórico, que indica que se avanzó en la modernización del país pero se requiere continuar su fortalecimiento y evolución. Por ejemplo, en la época en que fue escrita la Constitución no existía el internet, ni las redes, ni los continuos avances tecnológicos que obligan a repensar, reordenar y a hacer una reingeniería constante.
El segundo punto de vista es el político en la práctica, lo ocurrido en la realidad. Algunos consideran que no se ha avanzado en algunos aspectos del día a día como: la paz, los servicios públicos, la televisión, la educación, las acciones comunales que no se han modernizado como se había soñado. Pero, eso no tiene que ver con la Constitución, sino con los procesos de manejo del país que tienen su dinámica y sus propios intereses.
Sin duda es una Constitución viva, que se revisa permanentemente, igual que el concepto de administración pública, pero el fondo de la Constitución permanece en el tiempo. La soberanía reside en el pueblo, se ratifica todo el tiempo lo que obliga a revisar y perfeccionar los procesos de elección popular y participación ciudadana.
El Caribe sufrió en carne viva el ejemplo más claro de lo acomodada e injusta que es esta interpretación del respeto, porque nuestro proceso de participación ciudadana más importante, el Voto Caribe, con una aprobación de más de 99% de los votos, no fue obedecido en su mandato de desarrollar las regiones como entidades territoriales.
Un tema que llama poderosamente la atención es el Estado Social de Derecho, porque haber adicionado el concepto social, al tradicional Estado de Derecho del año 86, implica que el Estado Social de Derecho del año 91 va más allá del simple Estado de Derecho. La partícula social adiciona un enfoque clave, claro, dirigido a mejorar las condiciones de calidad de vida de la gente, de su dignidad humana. Un trato especial por su valor humano. Por eso, los derechos humanos y la carta de derechos fundamentales son de inmediato cumplimiento, como también los derechos sociales, económicos, colectivos y la protección del ambiente.