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El crecimiento económico requiere manejar dos parámetros: inflación e intereses. La inflación llegó a 13,25% en 2022 y quedó finalmente en 5,8 %. Las tasas de interés se dispararon de 1,5% hasta 10,25%. La falta de control de estas variables genera incertidumbre y aleja inversionistas. El Banco de la República ha permitido un aumento de la inflación y su tasa de intervención pasó de 1,75% a 13,25%. Dejó muy alto el valor del dinero.
La mayor alza: la de los combustibles, incluido el diésel. La gasolina es importada y tiene un impacto mayúsculo en la economía y la inflación. Si quitamos el precio de la gasolina, a manera de ilustración, la inflación únicamente hubiese sido de 3,9 %.
El precio de la gasolina es la principal herramienta para controlar el crecimiento económico y la inflación. Esta última ha llegado a 6,8% y la meta es 5,3 % con control del precio de los combustibles.
El Banco de la República no ha bajado las tasas de interés al mismo ritmo que las subió cuando llegó a 13,25%. Se espera, con mucha expectativa, los ajustes de sus dos últimas sesiones del año. Debe disminuirlas para un mayor crecimiento económico, es la única manera de reactivar la economía. También se deben dar mayores ventajas e incentivos a sectores claves como el agropecuario, vivienda, infraestructura, manufactura, transición energética, economía popular y turismo.
Se requiere confianza institucional y una articulación público-privada enfocada en la reactivación económica. Hay que priorizar, por separado, el turismo en sus diferentes modalidades: de negocio, distracción, aventura, eventos sociales, reuniones gremiales, fiestas y arqueológico.
El país necesita una estrategia para crecer la actividad primaria: la de la tierra, del agro y la minería. Y la terciaria, es decir, servicios como el turismo. Durante mucho tiempo dependimos del sector extractivo que produjo un crecimiento lento y poco sostenible ahora. En este momento tenemos una “mini bonanza” de café, la libra está en US$2,50 y hay un crecimiento sostenido de exportaciones.
Para lograr un mayor crecimiento, el país debe ubicar, acertadamente, los créditos —que han crecido 26u%— en sectores estratégicos.
Existe un apetito por los recursos y es importante la tarea de colocación que cumple la banca, tanto pública como privada. En Colombia la banca pública es pequeña. Tiene el Banco Agrario, Findeter, Bancóldex y la Financiera Nacional. Es el cuarto conglomerado bancario del país y actúa como instrumento de la Superintendencia Financiera y el Ministerio de Hacienda para controlar la economía.
El Gobierno promueve un “Pacto por el crédito” para que las tasas de interés estén por debajo de las del Banco de la República y, como caso insólito, el crédito de vivienda está por debajo de estas. Hoy, los préstamos para vivienda se consiguen a 19%, de los más baratos de la historia.
Otro asunto es el turismo. Aumentan los extranjeros que llegan. En septiembre tuvimos récord de 417.000 visitantes, la mayoría por cruceros, sin embargo se quedan solo en Cartagena y no transitan por el resto del país.
Para mejorar esto, sería bueno disminuir el IVA a los tiquetes aéreos. En el Congreso se discute para que el IVA de 19% baje para la hotelería y los boletos de avión. Si queremos crecer en turismo, tendremos que reducir costos, impuestos y dar más facilidades económicas.