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Analistas 21/10/2021

Ecos de Andesco

Eduardo Verano de la Rosa
Gobernador del Atlántico

Nuestra meta es promover desarrollo económico productivo y social que disminuya la pobreza, que ya está en un 49%, y generar mayor empleo. Se necesita dinamizar la economía y tomar la máxima ventaja de la ubicación geográfica que tiene Colombia para convertirla en el gran Hub económico de Latinoamérica y el Caribe. Nuestra ubicación es ideal. Debemos construir nuestra economía en un atractivo productivo empresarial.

El nuevo modelo económico debe basarse en tecnologías avanzadas e innovación, con una infraestructura de comunicaciones y vías, y en especial, servicios públicos. Estos son la base del emprendimiento productivo, indispensables para atraer con fuerza y pasión nuevos inversionistas. La educación pertinente es otro factor importante.

Los servicios públicos son la base de la equidad social, calidad de vida y dignidad de la gente. Todo depende de su cobertura, incluido el internet convertido en un servicio público necesario.

La experiencia indica que el desafío de los servicios públicos ha requerido permanentes cambios y evolución, con novedosos esquemas y constante modernización con altas inversiones. Evolucionaron con altos parámetros de prestación, y hoy brindan cobertura y calidad.

Sin embargo, las directivas de los servicios públicos tienen que escuchar la voz del sufrimiento, de la desesperanza de la gente más pobre. La paradoja es que las empresas de servicios públicos crecen, con importantes utilidades, con generación interna de fondos y prestan un buen servicio. Por eso, debemos revisar su responsabilidad social en la construcción de una sociedad más justa. A pesar de sus impresionantes resultados económicos son limitadas sus inversiones para mejorar las condiciones de la gente humilde. Debemos hacer énfasis en inversión para una cobertura total con enfoque social. Hay que construir lo que se denomina la “última milla”, o sea la conexión del tramo que va hasta la casa de los usuarios más pobres.

La demanda de energía en la Región Caribe crece al 8%, mientras el país al 5%. El Caribe es el 22% del mercado nacional. Sin embargo, el Caribe tiene un diseño de redes eléctricas más débil, porque es radial y no es redundante. Es muy vulnerable a un daño en una línea porque no tiene otra manera de inyectar energía eléctrica a su sistema porque solo tiene una entrada. Bogotá, Medellín y Cali han logrado un servicio de energía redundante, con inyección por diferentes fuentes lo que minimiza el impacto de un daño.

Otro tema es la necesidad de intervención de la Superintendencia de Servicios para que no ocurra lo que pasó con Fenosa, empresa de electricidad que prestaba un buen servicio a través de Electricaribe, pero, vendió a Gas Natural dedicada solo a gas, lo que provocó un notable deterioro del servicio y acabó con Electricaribe. La Superintendencia debió impedir esa negociación porque era evidente que se podía causar el daño que se causó.

Hay que lograr, además, que la transición energética requerida armonice con el desarrollo sostenible, garantizar la continuidad del servicio de gas, y evitar una espiral de precios altos, que afectaría la reactivación económica. Por el cambio climático se requiere una energía limpia como el gas, que garantiza una economía con “sello verde” y una financiación más blanda.

Un importante apoyo para la transición energética podría ser el diseño de un “Fast Track” que entregue los bloques de exploración con licencias ambientales y las consultas previas ya tramitadas. Los bloques se entregarían licenciados, se disminuirían sus costos y riesgos y garantizaría los proyectos.

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