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Este inicio de 2025 nos invita a reflexionar sobre el modelo de gobierno que dejaremos en nuestra tercera Gobernación: ¿cuáles son las obras icónicas que deben resolver el atraso y la pobreza de nuestro departamento?, ¿qué institucionalidad vamos a fortalecer para promover, en orden, las grandes transformaciones que se necesitan?, ¿cómo nos afianzamos como uno de los territorios más desarrollado del país?, ¿qué proyectos debemos tramitar ante nuestra Asamblea departamental para materializar un plan ordenado, sostenible y futurista?
Nuestra Región Administrativa y de Planificación -RAP Caribe y el Departamento deben evolucionar hacia una etapa inmensamente superior que no solo permita construir el mayor desarrollo económico de nuestra historia, sino ser responsables en lo ambiental, para ello, no basta un plan bien elaborado con visión de líderes sensatos, se requiere transitar hacia un Estado regional que irrumpa el statu quo de la limitación centralista para dar paso a un modelo de Estado dinámico basado en el fortalecimiento de las regiones con iniciativas de alto impacto que superen las fronteras de los departamentos y generen un territorio robusto que piensa en grande tanto en materia de infraestructura como en lo humano.
Hay que seguir construyendo un proceso novedoso, una región Caribe con departamentos sólidos que puedan llevarnos a una Federación Caribe capaz de superar el atraso que por años ha provocado ese centralismo insensato, mezquino, anacrónico y castrante.
Necesitamos una transformación total del país en materia de organización político-administrativa, alejada de discursos rimbombantes y más cercana a la intención de mandatarios subnacionales enfocados, en estos tres años que faltan de gobierno, en la construcción eficiente de procesos fundamentales en materia de agua, alcantarillado, vías, oportunidades para la gente, salud y educación, principalmente.
El desafío principal es sacar provecho de las cualidades individuales del equipo de gobierno e impulsar el trabajo colectivo. Debe ser una fuerza de trabajo construida con disciplina y orden diario.
Es necesario el carácter, la seriedad y el compromiso de todos. Por eso, las reflexiones sobre qué hicimos bien, lo no tan bien y lo normal es necesaria, pero llegó el tiempo de superar lo imposible, lo más difícil, lo que verdaderamente necesita nuestra gente y trabajar, sin reparos, hasta lograrlo. Es construir una nueva etapa que deje una huella perdurable.
El desafío es lograr lo más justo para la gente, que permita mayor equidad con los que tienen menos, con unos servicios públicos de calidad con cobertura total. Esta es una lucha decidida e irreversible. Como decía Neruda, tenemos que lograr un departamento donde el pan y la justicia sean para todos como el sol en verano.
El equipo de gobierno debe ser una gran familia integrada con fuerza y dedicación. Estamos jugando el partido de nuestras vidas y tenemos que dejar la piel en la cancha. Por eso valoramos los esfuerzos de cada uno. El trabajo compacto debe ser lo ideal, nuestros sellos estarán en el Plan de Aguas, el Plan Vial, el Plan Cultural, la educación en todos sus niveles, en el edificio Miss Universo como punto de desarrollo empresarial con su centro de desarrollo digital y un KPO Knowledge Processing Operations, entre otros.
Reflexión y acción, en eso estamos.