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Hagamos un pacto por Bogotá D.C. a 2050. No importa de qué partido o movimiento provenga el próximo Alcalde ni su ideología, debe ser un pacto como el “Pacto de Toledo” que nos una en la diferencia sobre unos propósitos comunes.
El primero debe ser darle una nueva cara a los ríos, haciendo que sean navegables y construyendo malecones similares a los de París, San Petersburgo, o incluso siguiendo el ejemplo de Barranquilla o Montería, para promover la navegación del Río Bogotá, Tunjuelito, Juan Amarillo, Arzobispo y Fucha, junto con sus humedales.
Pero para lograr esto, es necesario descontaminarlos, limpiarlos, protegerlos y proyectarlos a largo plazo. Esto debe ir acompañado de movilidad eléctrica, como la que se está implementando en ciudades como Sidney o Madrid, donde se tienen políticas efectivas contra el calentamiento global.
El segundo es realizar las obras de infraestructura que ya están proyectadas, la ciudadanía requiere soluciones. Durante mi periodo en el Congreso trabajé para la primera y segunda línea del metro, dimos los recursos para hacer las troncales de la 13 y 68, para el Regiotram de Occidente y para quitar tanto trancón en la autopista norte. También se requiere la construcción de un túnel por debajo de la autopista sur que conecte a Soacha con la ciudad. Además, se debe complementar la longitudinal de occidente de la 13 a Chía.
Es imperativo trabajar en la seguridad, no solo con inteligencia, donde se deben tener cuatro generales y policía propia, sino también con tecnología para recoger pruebas y judicializar a los delincuentes. Se debe contar con un equipo de abogados que ayude a los ciudadanos cuando sean víctimas de delitos y se tomen medidas para acusar a los delincuentes, siguiendo la figura del acusador privado de mi autoría.
Es importante enfocarse en judicializar, poner a trabajar y estudiar a los presos, y en una verdadera resocialización, para que exista una verdadera justicia y no sea en vano capturar a los delincuentes si luego son liberados.
Una ciudad segura en la que podamos caminar sin miedo a las 2 ó 3 de la madrugada, sin duda atraerá turismo. No solo debemos enfocarnos en nuestros bellos cerros, donde se debe construir el túnel a La Calera, sino también en un monumento que represente la vida, el futuro y el respeto de nuestra capital, como, la Estatua de la Libertad o la Torre Eiffel.
Bogotá debe ser una ciudad bilingüe y con jornada única en toda la ciudad. Como hijo de un colegio público, sé que la educación es la principal arma de prevención del delito. Bogotá ya no puede ser la ciudad de todos y de nadie. Debe ser la ciudad donde nos sintamos orgullosos y felices de vivir en ella.