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El Valle del Cauca fue líder en materia de infraestructura de transporte, la primera concesión vial del país fue la doble calzada Buga - Tuluá - La Paila, que dio inicio a la primera generación de concesiones en los 90, luego vino la Malla Vial y fuimos consolidando nuestra red vial.
Los vallecaucanos nos sentíamos orgullosos, pero se dio un estancamiento y nos quedamos rezagados. Basta mirar el Índice de Competitividad Departamental 2021 donde en infraestructura bajamos al puesto 7, y específicamente en materia de infraestructura vial estamos en el puesto 22. Muchos se preguntan por qué no se han vuelto a ver grandes proyectos y la respuesta es una triste historia de aplazamientos y promesas incumplidas de varios gobiernos, sumado a factores sociales, ambientales y de gestión.
Desde la estructuración de la Cuarta Generación (4G) de Concesiones en 2013, el Valle quedó mal parado, con solo un proyecto de los más de 30 que la conformaron inicialmente. Lo peor es que Mulaló - Loboguerrero después de cinco años de adjudicado no se ha podido ejecutar y es uno de los dos proyectos que no han podido iniciar. Hoy en la tercera parte de los 29 proyectos en curso, la ejecución está por encima de 70% y se espera que al finalizar este año se completen 18 proyectos 4G finalizados.
Se conocen varios intentos de operación del tren de carga en 20 años y no hemos logrado las inversiones para consolidar el corredor férreo. Después de 14 años que inició la construcción de la doble calzada Buga - Buenaventura todavía faltan tramos para que quede completamente en doble calzada y en óptimas condiciones de servicio.
Van cinco años desde la ampliación del Canal de Panamá y todavía no tenemos un canal de acceso al puerto de Buenaventura con la profundidad requerida para ser competitivo. También hay que decir que tuvimos nuestra malla vial por mucho tiempo sin modernizarse y sin un buen mantenimiento, y que el Aeropuerto de Cali hace rato se quedó corto.
Estos proyectos representan sueños frustrados de los vallecaucanos e independiente de la razones de los retrasos, válidas o no, reflejan en parte la desidia de los gobiernos centrales, cuando gran parte de los proyectos tienen que ver con la competitividad país, puesto que el Valle por su ubicación estratégica y por Buenaventura, es un eje fundamental del abastecimiento de muchos productos y materias primas del país, como lo dejó evidenciado el paro nacional.
No obstante, en el marco de un trabajo articulado entre gobernación, sector privado y congresistas, se ha venido haciendo un seguimiento para generar presión al gobierno nacional. Gracias a ese liderazgo colectivo se han podido destrabar los cuellos de botella y esa historia de atraso está cambiando.
Ya Mulaló - Loboguerrero tiene licencia ambiental y en el programa 5G el Valle cuenta con buena representación, con la Nueva Malla Vial que se adjudicó, con el proyecto de Buga - Buenaventura en licitación y con el proyecto de Aeropuertos del Suroccidente, que quedaría adjudicado en 2022. De igual manera esperamos que antes de que termine este gobierno quede claro el panorama de la profundización del canal de acceso de Buenaventura y se adelanten estudios para la nueva concesión férrea.
Mientras nos ponemos al día, debemos planificar los próximos proyectos de largo plazo que consoliden al Valle como una región competitiva y moderna.