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Analistas 29/03/2018

¿Cerca de la resurrección del Tlcan?

Enrique Campos Suárez
El Economista - México
Analista LR

Tuit solitario de Donald Trump una tarde desde la Casa Blanca: las conversaciones comerciales continúan con numerosos países que, durante muchos años, no han tratado a Estados Unidos de manera justa. Al final ¡todos estarán contentos!

Este acertijo del presidente Trump se dio casi al mismo tiempo que su principal asesor en materia comercial, Peter Navarro, declaró a la cadena CNBC que parece que podría darse una buena renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan).

Para nosotros los escépticos ya hace falta algo más que un tuit al estilo de acertijo de Batman para causar emoción y mucho más que el guiño de un asesor claramente conocido por su repulsión al libre comercio.

Pero al mercado cambiario le alcanzó para dar al peso su mejor nivel frente al dólar en lo que va del año. Tendrá una Semana Santa donde no parece que el peso será el crucificado, pero sólo a la espera del siguiente capítulo de volatilidad.

Es probable que el entuerto que desató Andrés Manuel López Obrador en torno a su capricho de querer cancelar la avanzada construcción del nuevo aeropuerto capitalino llegó a los oídos de la Casa Blanca.

Pudo haber sido incluso en el Salón Oval donde llegaron a la conclusión de que, si el populismo se instala en México y es capaz de echar a la basura una obra tan importante y necesaria como un aeropuerto, ¿qué le podría esperar a la renegociación del Tlcan?

Ya a estas alturas el presidente Trump tiene muy claro cuáles son los efectos devastadores para múltiples sectores económicos de su país si se termina con el acuerdo comercial de América del Norte.

Lo que puede moderar es su estrategia de presionar la negociación porque si se alarga en el tiempo, puede perderlo todo en las fauces del tigre del populismo.

Más allá de los tuits, una señal contundente para avanzar en definitiva durante abril para cerrar el TLCAN fue la flexibilización de las reglas de origen del sector automotriz.

Porque aquello de dejar a México y a Canadá inicialmente fuera de la aplicación de aranceles al acero y al aluminio fue más bien una medida de presión al estilo negociador de Trump.

No hay un solo funcionario mexicano que se atreva a confirmar el destrabe de la renegociación y el anuncio cercano de la conclusión de las pláticas tripartitas. Pero sí le puedo decir que cuando niegan una respuesta, se les escapa una ligera sonrisa de sus rostros.

Ya será después de la Semana Santa y tras la semana de Pascua cuando se reúnan formalmente a negociar en Washington, puede ser que por esos días haya alguna claridad respecto al futuro positivo del Tlcan.

Si hubiera que apostar hoy a favor o en contra de la permanencia del acuerdo trilateral, queda claro que hoy las posibilidades son mayores a su sobrevivencia.

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