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La guerra en Gaza ha facilitado y acelerado el crecimiento de los asentamientos en la Cisjordania ocupada. La BBC, a finales de agosto, reveló que Ronen Bar, jefe de inteligencia interna de Israel, advirtió al gobierno israelí sobre los actos de terror contra los palestinos causados por extremistas judíos en Cisjordania.
Yonatan Mizrahi, que monitorea el crecimiento de los asentamientos como miembro de la organización israelí Peace Now, señaló que los extremistas judíos -aprovechando la “mezcla de rabia y miedo” por los ataques del 7 de octubre- buscan exacerbar la tensa y volátil situación entre los habitantes de la Cisjordania ocupada y los colonos. Es un momento propicio para apoderarse de más tierras, con pocos cuestionamientos de la población israelí.
Los resultados de una encuesta del Pew Research Center, presentada en junio pasado, son más que reveladores. Los israelíes que creen que los asentamientos hacen al país más seguro, pasaron de 27% a 40%, y los que creen que los asentamientos perjudican la seguridad de Israel, disminuyeron de 42% a 35%.
Si bien la violencia de los colonos contra civiles palestinos en Cisjordania se venía incrementando antes de la guerra, las Naciones Unidas -en los últimos 10 meses- documentó más de 1.270 ataques de colonos contra civiles palestinos, en comparación con 856 de 2022. B’Tselem, organización israelí de derechos humanos, durante ese período evidenció un acoso persistente de colonos israelíes que obligó a abandonar 18 aldeas en Cisjordania. Es decir, esta región, que fue ocupada por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967 (columna del 26/10/23) y que padece un acoso constante de colonos, enfrenta una avanzada de extremistas que pretenden volver irreversibles los asentamientos en Cisjordania.
Entretanto, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) dictaminó, el pasado 19 de julio, que la ocupación israelí en los territorios palestinos no solo es ilegal, sino que se le debe poner fin “lo más rápido posible” y pagar reparaciones. Por su lado, los liderazgos y países que se oponen a los asentamientos, renuevan su entusiasmo, tanto por el pronunciamiento de la CIJ como por el gradual impulso que tiene la solución de dos Estados.
No obstante, sin consideranción alguna, las autoridades israelíes ya anunciaron planes de construcción de cinco nuevos asentamientos en Cisjordania y declararon -como superficie de Israel- más de 23 km2. En Cisjordania, sin contar Jerusalén, se estima una población palestina de tres millones de personas frente al medio millón de judíos que habitan en más de 130 asentamientos.
Bezalel Smotrich, líder sionista religioso de extrema derecha y ministro de finanzas desde 2022, que además ejerce funciones en el Ministerio de Defensa, cree que los judíos tienen un derecho otorgado por Dios sobre estas tierras, de ahí que habilitara una inversión de fondos estatales para asentamientos y creara una nueva burocracia que le quita poder a los militares para acelerar su construcción. En una declaración secreta filtrada, no dudó en jactarse de su estrategia para lograr una anexión de facto que sería “más fácil de aceptar en el contexto internacional y legal”.
Así, son los apoyos de la coalición de derecha que sostiene a Netanyahu y que al tiempo lo obliga a prolongar la guerra en Gaza y, por qué no, a permanecer en esta cuando finalice.