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Analistas 30/03/2023

Buenas nuevas

Eric Tremolada
Dr. En Derecho Internacional y relaciones Int.
La República Más

En el actual (des)orden internacional, ni los actores ni las agendas suelen darnos buenas noticias. Sin embargo, este mes trajo dos buenas nuevas: Primero, dos rivales que desde 2016 vienen enfrentados por la hegemonía del golfo Pérsico restablecieron relaciones diplomáticas, nos referimos a la República Islámica de Irán y el Reino de Arabia Saudí. Segundo, la semana pasada una abrumadora mayoría (515 votos a favor y 29 en contra) del Parlamento del Reino Unido (RU), aprobó la herramienta que permitirá a la Asamblea norirlandesa objetar la futura legislación comunitaria. Así, se sustituirá el problemático Protocolo para Irlanda del Norte pactado en 2019 por Boris Johnson como resultado del Brexit.

La iniciativa de Irán y Arabia Saudí, es una apuesta clara por la paz y estabilidad de la región considerada la más inestable del mundo. No es fácil que dos potencias subregionales -con influencia sobre otros países- beligerantes entre sí, en lo político y religioso (chiítas los primeros y sunitas los segundos) venzan desconfianzas arraigadas en sus autoridades gubernamentales y religiosas, para reafirmar un mutuo respeto a la soberanía, al principio de no injerencia y la reactivación de la cooperación en seguridad, lucha contra el terrorismo, narcotráfico, lavado de dinero, comercio y tecnología.

Quien con sus buenos oficios los aproximó fue China, país que desde 2017 es el primer importador mundial de petróleo, y desde antes viene garantizándose una adecuada provisión del hidrocarburo y asegurando sus rutas marítimas de abastecimiento a través del golfo Pérsico, estrecho de Ormuz y golfo de Adén. No es extraño, por tanto, que Irán se sumara al proyecto chino de la Ruta de la Seda y que China sea el primer socio comercial de Arabia Saudí. Los buenos oficios chinos no solo contribuyen a la distención entre estos dos rivales, afianza sus expectativas de una profunda relación de los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo y favorece la esquiva normalización de relaciones entre Israel y los saudíes.

El Protocolo para Irlanda del Norte después del Brexit -para evitar el recrudecimiento de la violencia previa al Acuerdo de Viernes Santo- la mantenía, para efecto de las mercancías, dentro de la Unión Aduanera europea, lo que se traducía en controles fronterizos entre las dos partes del RU (frontera de facto en el mar de Irlanda y frontera terrestre con la República de Irlanda).

El nuevo acuerdo se basa en tres aspectos: La creación de las llamadas “líneas verdes” y “líneas rojas” para la exportación de mercancías de RU a Irlanda del Norte. Las mercancías destinadas a permanecer en la provincia pasarán por la línea verde que, en palabras de Rishi Sunak, “suprimirá la onerosa burocracia aduanera”. Así, los alimentos disponibles en RU también lo estarán en Irlanda del Norte, eliminando la sensación de frontera en el mar de Irlanda. Además, cualquier cambio futuro en materia de IVA e impuestos especiales que realice el RU aplicará en Irlanda del Norte y los medicamentos aprobados por este estarán disponibles en la provincia.
Por último, se introduce el denominado “freno de Stormont” para dar a la Asamblea provincial soberanía sobre sus leyes. Podrá rechazar nuevas leyes de la UE para mercancías, si consideran que tendrían un efecto significativo y duradero sobre la población y las empresas de Irlanda.

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