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Analistas 26/09/2024

¿Nuevas reglas?

Eric Tremolada
Dr. En Derecho Internacional y relaciones Int.

Mario Draghi, en su reciente discurso, con el que presentó el informe sobre el futuro de la competitividad europea, sin tapujos, advierte que la economía de la Unión Europea (UE) está en estado comatoso. La inacción la está convirtiendo en un mercado incapaz de competir con las economías china y estadounidense. Este reciente y demoledor informe que suscribe el economista italiano, ex presidente del Consejo de Ministros de Italia y del Banco Central Europeo, exgobernador del Banco de Italia y exdirector ejecutivo del Banco Mundial, les dice a los líderes de la Unión Europea que se tomen en serio el peligro de convertirse en la “nada”.

Entiende que esta inacción es fruto de unos liderazgos políticos acomodados entre la indolencia y la corrupción, que se resiste a percatarse de que las reglas han cambiado, y mucho, y que hay urgente necesidad de alinearse, “si de lo que se trata es de sobrevivir con un cierto grado de dignidad”.

Para muchos este informe que encargó la Comisión supone un cambio drástico en la forma de adoptar políticas económicas en la UE. El orden económico que ha regido al mundo en las últimas décadas es menos ágil y más rígido, y de ahí la ventaja de las economías que le hacen el quite a las políticas que provocan más burocracia, incertidumbre, excesiva regulación, subvenciones y mucho gasto.

En el informe deja claro que la implementación de las recomendaciones implica reformas estructurales, reduciendo burocracia y actualizando los procedimientos de toma de decisiones para actuar con oportunidad y eficacia. Critica el lento y complejo proceso de elaboración de políticas que, en promedio, dura 19 meses en su tránsito de salvar tropiezos en el camino.

En 400 páginas el informe detalla el futuro de la competitividad europea, en el que el problema no es la falta de ideas o de ambición, sino que en medio de un desenfrenado desarrollo de la inteligencia artificial, esta no se traduce en comercialización. Las recomendaciones vienen por sector y las soluciones pasan por destinar recursos e invertir.

Analiza a profundidad el tema de los semiconductores, computación e inteligencia artificial, transporte, industria farmacéutica, tecnologías limpias, defensa, espacio y automoción.

Esto implica inversiones anuales de más de 750.000 millones de euros para situarse al nivel de China y EE.UU. Así, sería necesario que la inversión pasara de 22% a 27% del PIB, invirtiendo la perniciosa tendencia del prolongado descenso de las grandes economías de la UE. Tampoco duda en recomendar el endeudamiento público-privado, como un mecanismo regular que satisfaga las ambiciones en materia de descarbonización, transformación digital y ecológica, así como optimizar las capacidades de defensa. Sigue creyendo en el modelo de los fondos de nueva generación (instrumentos de deuda común), que se utiliza para financiar proyectos de inversión conjunta en bienes públicos que aumenten la competitividad y la seguridad de la UE.

En resumen, Draghi entiende que la economía europea enfrenta un “desafío existencial”, que solo podrá superarse aumentando la inversión pública para poner fin a los años de estancamiento productivo que se vio agravado por la covid y la guerra en Ucrania. Las reglas del comercio internacional cambiaron en detrimento de la UE y el declive solo puede superarse con un gasto adicional de 5% del PIB.

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