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Con el Festival Estéreo Picnic celebrándose este mes, la industria musical en Colombia enfrenta nuevamente el reto de equilibrar su impacto económico con la sostenibilidad ambiental. Eventos como el Tour de Shakira, que, según el Observatorio de Desarrollo Económico de la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico, han inyectado más de $139.000 millones a la economía bogotana, también han generado una considerable cantidad de residuos y consumo energético.
El calendario de eventos masivos en Colombia este año es amplio y representa una oportunidad para que la industria de conciertos y festivales asuma su responsabilidad frente a estos desafíos. No obstante, aún existe una desconexión entre el potencial de la industria y las estrategias sostenibles, que en muchos casos se siguen viendo como un gasto en lugar de una inversión. En Bogotá, una ciudad que ha ganado relevancia en la escena musical de Latinoamérica, la sostenibilidad sigue siendo un concepto secundario para muchos organizadores de eventos, limitando así el verdadero alcance y futuro de la industria.
El reto no es menor: ¿Cómo transformar un sector que genera tanto impacto sin perder la esencia de lo que lo hace atractivo?
Páramo, la promotora responsable de algunos de los eventos más grandes del país, ha avanzado significativamente en esta área. En 2024, organizó nueve eventos sostenibles, incluyendo el Festival Estéreo Picnic, el Tour Ferxxocalipsis y el Festival Cordillera. En total, se recolectaron más de 65.000 kg de material aprovechable y se evitó que casi 48.000 kg de residuos llegaran a los rellenos sanitarios.
Además, implementó un sistema de energías renovables con paneles solares, ahorrando más de 1.300 galones de gasolina. Estos esfuerzos demuestran que la industria puede ir más allá del entretenimiento y convertirse en un motor de cambio.
Un ejemplo clave fue el Concierto de Paul McCartney, el primer evento en Colombia realizado en un estadio 100% sostenible. A pesar de su relevancia, no obtuvo titulares en los medios, pero fue un gran avance. Conversé con María Catalina Orjuela, productora de este evento y directora del Área de Sostenibilidad de Páramo Impacto, quien aseguró que, aunque el desafío es grande, es posible integrar la sostenibilidad en eventos masivos de alto impacto sin afectar la experiencia del usuario.
Por otro lado, el festival Bime, que también se celebrará en Bogotá este año tras su origen en Bilbao, se ha convertido en un espacio clave para la reflexión sobre la sostenibilidad en la industria musical. Aborda temas como la transformación digital, la inteligencia artificial en la música, la innovación y los derechos culturales desde una perspectiva global. Bime busca consolidarse como un referente en la conversación sobre el futuro de la música y su impacto en el medio ambiente, reforzando la necesidad de repensar la industria bajo criterios de responsabilidad y adaptación al cambio climático.
En esta misma línea, el Movistar Arena ha apostado por su proyecto Arena Verde, que incluye innovaciones como un sistema de ventilación bioclimática y recolección de aguas lluvias, logrando reducir su consumo de energía en 30% y su uso de agua potable en 70%.
Estas iniciativas, aunque valiosas, siguen siendo la excepción en una industria que, en general, prefiere enfocarse en la rentabilidad inmediata. La sostenibilidad, entonces, se presenta como un reto que no solo involucra a los promotores y los recintos, sino también a los artistas y a la comunidad en general.
La industria está evolucionando a un ritmo acelerado, y las expectativas sobre la responsabilidad ambiental de los eventos son cada vez mayores. El futuro de los conciertos en Colombia y el mundo depende de poner la sostenibilidad en el centro del negocio. La sostenibilidad no es una opción, es el único camino hacia el futuro. Si la industria colombiana no asume este reto ahora, corre el riesgo de quedar atrapada en un pasado obsoleto. La tecnología avanza a pasos agigantados y, si no innovan, estarán condenados a desaparecer. Es momento de actuar, o se quedarán atrás, ignorando que el modelo actual ya no tiene cabida en el futuro.