ANALISTAS 13/02/2025

Cómo “navegar” una empresa en crisis

La República Más

Cuando el desempeño de un alto ejecutivo no está a la altura de las expectativas o pone en riesgo la estabilidad de una empresa, directorio y accionistas pueden tomar decisiones drásticas para corregir el rumbo. Aquí algunas acciones contundentes históricas:

La situación por sí misma, nos muestra la importancia de tomar decisiones efectivas y rápidas en la dirección empresarial, una de las primeras acciones consiste en despido inmediato, cuando el liderazgo falla.

Los cambios en la alta dirección suelen ser necesarios cuando un CEO, o un ejecutivo clave pierde la confianza del directorio, accionistas, o clientes. Algunas empresas han optado por despidos inmediatos para evitar un mayor deterioro organizacional. Por ejemplo, Bob Chapek fue destituido abruptamente de Disney (2022) tras problemas de liderazgo y percepción pública. Claramente, no tomar medidas rápidas ante un liderazgo ineficiente puede provocar pérdidas financieras y crisis internas irreversibles.

También se presenta la remoción de ejecutivos por mal desempeño financiero, cuando los resultados financieros de una empresa se ven afectados por malas decisiones, los accionistas y la junta directiva deben intervenir para minimizar los daños. Ocurrió en GE en 2018, con John Flannery, que fue reemplazado como CEO después de solo un año debido a una caída en el valor de la compañía y estrategias fallidas de reestructuración. Un caso más reciente el de WeWork, con Adam Neumann, su CEO y fundador, fue obligado a dimitir después de una fallida salida a bolsa que reveló una mala gestión financiera y riesgos excesivos.

Retrasar la remoción de un ejecutivo puede llevar a la pérdida de inversionistas y al colapso irreparable de la empresa.

En algunos casos, las organizaciones optan por auditar internamente las decisiones tomadas por la alta dirección antes de ejecutar cambios drásticos, como ocurrió en Uber, en el 2017 con Travis Kalanick, su CEO, fue forzado a renunciar tras múltiples denuncias sobre una cultura empresarial tóxica y prácticas de gestión cuestionables; o en Volkswagen en 2015 con Martin Winterkorn que dimitió tras el escándalo de emisiones diésel que afectó gravemente la reputación y finanzas de la empresa.

La falta de controles internos y de auditoría puede llevar a problemas legales y pérdida de credibilidad. Cuando los resultados no son los esperados, en lugar de un despido inmediato, algunas empresas optan por modificar los incentivos y compensaciones de los ejecutivos. Lo hizo Tesla entre 2018 - 2023, Elon Musk tuvo un plan de compensación basado en el desempeño financiero de la empresa, lo que lo obligó a cumplir objetivos extremadamente exigentes.

Ajustar los incentivos de la alta dirección puede ser una herramienta efectiva para alinear desempeño con objetivos de la empresa.

Si la situación se vuelve insostenible, algunas compañías optan por vender o dividir el negocio en unidades más manejables. Lo hizo Yahoo en 2017, la empresa no logró reinventarse bajo el liderazgo de Marissa Mayer, lo que llevó a su venta a Verizon.

No tomar medidas puede llevar a la pérdida total del negocio, ¿Difiere de la democracia?