Bogotá ante reto migratorio desde Venezuela

Pasadas las elecciones locales, vale la pena hacer un balance de lo que ha significado la migración desde Venezuela para Bogotá y la respuesta de la Alcaldía. Recordemos que esta migración ha sido un fenómeno que ha superado la capacidad de las instituciones en Colombia por su magnitud y velocidad, y que, según agencias internacionales, es hoy la segunda migración forzada más numerosa del mundo después de la de Siria. Han llegado en los últimos 2 años y medio más de 1,5 millones de venezolanos con vocación de permanencia a Colombia, de los cuales el 24% (aprox. 358.000) están en la capital, casi un 5% de su población (Censo 2018).

La respuesta de la administración local a este enorme reto ha sido solidaria y efectiva. Se creó una instancia en la Secretaría de Integración Social para la atención a venezolanos, y varias secretarías como gobierno, integración social, salud, educación, seguridad, general, movilidad y desarrollo económico, entre otras, han concurrido eficazmente a generar acciones para atender la situación. El liderazgo de todos, en especial de la anterior secretaria social, Cristina Vélez, y de la actual, Gladys Sanmiguel, y sus equipos, ha sido fundamental. Vale la pena anotar que el Concejo de Bogotá aprobó una partida para estos propósitos.

El Gobierno nacional ha creado unas mesas migratorias en las cuales se reúnen las entidades nacionales, las locales, las entidades de control y las agencias de cooperación para encontrar soluciones conjuntas como un mecanismo de construcción colectiva eficiente. En Bogotá tuvimos algunas en los últimos meses.

Esta organización institucional y la voluntad local se reflejan en las cifras de atenciones. Desde marzo de 2017 a la fecha se contabilizan más de 66.000 atenciones en urgencias y casi 100.000 vacunas aplicadas a migrantes, demostrando la actividad del sector salud en el Distrito.

En educación, con datos a septiembre, más de 29.000 niños están matriculados en los colegios del Distrito y ya hay solicitudes de casi 10.000 cupos para el 2020. En este año casi 14.000 niños han sido atendidos por el ICBF y por los jardines locales en la ciudad.

Además, se activaron puntos de atención en el terminal de transportes, en el Supercade Social y en el Centro Integral de Atención al Migrante en Chapinero, además de la ampliación de cupos para niños en los centros Amar y Abrazar. Hemos gestionado que algunos de estos procesos se logren implementar con el apoyo de la cooperación internacional. También se ha avanzado en ofertas de inclusión económica para los migrantes venezolanos y retornados colombianos.

Las acciones del Gobierno nacional –con facilidades de regularización y con normas generales–, de las autoridades locales –con esfuerzos específicos en atención– y de la cooperación internacional –complementando este esfuerzo con recursos adicionales– han generado en conjunto un ciclo virtuoso, demostrando que el trabajo colaborativo da resultados.

A pesar de lo anterior, no podemos dejar de reconocer que el reto por delante, sobre todo en el corto plazo, es enorme: pagar las deudas a los hospitales públicos, suplir las necesidades en salud sexual y mental, fortalecer la capacidad escolar y su gestión de permanencia, aumentar la oferta para niños de 0 a 5 años, fomentar la inclusión económica, asegurar condiciones de habitabilidad y garantizar la seguridad ciudadana.

Así como se avanzó con la administración del alcalde Enrique Peñalosa, lo cual merece gratitud y reconocimiento, estamos seguros de poder seguir haciéndolo con la administración de la alcaldesa Claudia López, por el bien de los migrantes, retornados, pero sobre todo de los bogotanos. Gracias a Bogotá, su Alcaldía, su Concejo y sus habitantes.