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La asistencia militar que se está aplicando en algunas regiones de Colombia está consagrada en el artículo 170 de la Ley 1801, y se retoma en la Política Marco de Convivencia y Seguridad Ciudadana. Solo puede usarse en situaciones excepcionales y de manera temporal.
En su aplicación, los militares no están autorizados en términos convencionales ni legales a intervenir en las manifestaciones o su disolución, tampoco a realizar requisas ni capturas.
Se trata de una medida, en la que, ante “hechos de grave alteración de la seguridad y la convivencia, riesgo o peligro inminente”, los militares acompañan a los agentes de Policía en sus operativos y acciones. Nada más. Solo acompañamiento, pero siempre teniendo en la mira la defensa de la vida, honra, bienes y creencias de los colombianos.
Y desde que se decretó la asistencia militar, hemos visto a los soldados muy comprometidos con el país, siendo respetuosos y garantes de la protesta pacífica. Su compromiso está reflejado en las principales vías, reactivando el transporte de pasajeros en el Valle, y contribuyendo al desbloqueo de vías en Cali, Jamundí, Candelaria y Yumbo.
Otro de los aciertos por parte de los miembros del Ejército Nacional es que han sido garantes del desplazamiento del transporte de carga, con los productos de primera necesidad.
No es un secreto que, en medio de estas jornadas mayoritarias en protestas pacíficas, el incremento en los precios y la escasez de los alimentos han empeorado la situación económica, que ya estaba en detrimento con la pandemia del covid-19.
Para los empresarios colombianos y para la economía del país, su aporte ha sido vital en el proceso de reactivación que continuará; según las proyecciones de la Ocde y tal como lo publicó La República esta semana, el PIB global tendrá un crecimiento de 5,8% para 2021, que se estabilizará en 2022 con una proyección de 4,4%.
La misma Ocde ubicó a Colombia como el país con mayor crecimiento dentro del bloque sur, con una proyección de 7,6% para 2021, y una estabilización de 3,5% en 2022.
Las Fuerzas Militares, además, han garantizado que el plan de vacunación continúe y para ello han apoyado el desplazamiento del material médico y las vacunas para que lleguen a las ciudades.
A la fecha, no se ha visto una sola denuncia hacía los soldados, que no han empuñado sus armas hacia el pueblo, no ha habido un disparo o un altercado, pues han actuado en apego a los derechos humanos. La ciudadanía ha visto con agrado su comportamiento ético frente a los colombianos que se apartan de las manifestaciones pacíficas. En este sentido, su responsabilidad con el país y su persistencia en el cumplimiento de su misión es digno de admirar, sin duda alguna.
La ciudadanía de bien, que es la inmensa mayoría de colombianos, ha notado la presencia en los Puestos de Mando Unificado integrados por Ejército, Policía, Fuerza Aérea, Armada y otras instituciones, y visto que desde allí se ha hecho seguimiento a las protestas que han sido, mayoritariamente, pacíficas. En los PMU se han tomado las acciones necesarias para tratar de evitar más alteraciones de orden público, porque el liderazgo en las regiones es de las autoridades civiles.
También se ha visto el liderazgo regional, cuando los mandos aparecen en los medios de comunicación para informar sobre sus actuaciones para normalizar el abastecimiento de alimentos y medicinas, entre otros y para contribuir a la seguridad de las personas.
Los soldados no solo están apoyando a nuestra Policía y a las autoridades civiles en las ciudades, sino que además continúan cumpliendo las tareas propias de su misión constitucional, como la desarticulación de la estructura delincuencial de los Caparros, en Antioquia; la captura con las disidencias Carlos Patiño y Dagoberto Ramos, en Cali; el hallazgo de depósitos ilegales con armamento, en la costa norte, y ha continuado con la erradicación de cultivos ilícitos, por ejemplo.
Es oportuno que los empresarios en particular y la ciudadanía en general le hagan un reconocimiento a estos soldados de tierra, mar y aire que, en medio de la difícil situación que atraviesa el país, han tenido un comportamiento enmarcado en los derechos humanos, y exhortarlos para que continúen haciendo las cosas bien, porque Colombia necesita del apoyo de todos para seguir creciendo en lo económico y en lo social.