.
Analistas 12/04/2025

¡No juguemos con candela!

Flavia Santoro
Fundadora y CEO de Conexiones Efectivas y expresidente de ProColombia
FLAVIA SANTORO

La guerra comercial entre Estados Unidos y las potencias económicas parecía estar en plena marcha. El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció hace unos días aranceles a las importaciones originarias de 184 países, con tasas que oscilaban entre 10% y 104%. Sin embargo, en un giro inesperado, la Casa Blanca anunció una pausa de 90 días en la implementación de estas medidas, dando un respiro a los mercados que venían cayendo en picada.

Este alivio, aunque temporal, no despeja la incertidumbre. Las tensiones persisten, la volatilidad es alta y los agentes económicos no saben si prepararse para una tormenta o para una renegociación en ciernes.

En este contexto, la respuesta de algunos países asiáticos resulta ejemplar. Vietnam, por ejemplo, ha manifestado su disposición a reducir los aranceles a productos estadounidenses. Según declaraciones del presidente Trump, el secretario general del Partido Comunista de Vietnam, To Lam, expresó interés en reducir los aranceles a cero, condicionado a alcanzar un acuerdo con Estados Unidos. Además, Vietnam ha reducido aranceles de importación en diversos productos, incluyendo automóviles y etanol, como muestra de buena voluntad.

Por otro lado, Singapur está adoptando medidas para mitigar el impacto de los aranceles estadounidenses en su economía. El primer ministro Lawrence Wong anunció la creación de un grupo de trabajo destinado a ayudar a las empresas y trabajadores a enfrentar las incertidumbres derivadas de las nuevas políticas arancelarias de Estados Unidos. Aunque Singapur no ha propuesto una reducción unilateral de aranceles, su enfoque proactivo busca mantener la estabilidad económica y comercial en medio de las tensiones globales.

¿Y Colombia? Afortunadamente, de momento, se nos ha impuesto un arancel “solo” de 10%. Eso nos pone en una posición menos desfavorable que países como Brasil o Ecuador, pero no podemos confiarnos.

Es el momento para pensar estratégicamente. En lugar de caer en narrativas de confrontación, Colombia debería explorar un camino similar al de Vietnam y Singapur: facilitar aún más el comercio, mejorar nuestra competitividad y convertirnos en un hub exportador confiable y resiliente.

No se trata de cruzarse de brazos, sino de usar la diplomacia económica con inteligencia. El Ejecutivo debe cuidar el lenguaje y evitar posturas ideológicas que puedan poner en riesgo décadas de cooperación con Estados Unidos, especialmente en momentos en que las decisiones geopolíticas se entrelazan con el comercio.

La reciente reunión entre el presidente Petro y la secretaria de Seguridad de EE.UU., Kristi Noem, deja preocupaciones. Según la funcionaria, el presidente colombiano criticó a su homólogo estadounidense y defendió a miembros del ‘Tren de Aragua’. Si esto es cierto, es un despropósito diplomático.

En lo comercial, el papel de ProColombia es más relevante que nunca. Se debe trabajar en destacar nuestras ventajas comparativas en sostenibilidad, cumplimiento normativo y trazabilidad. La búsqueda de distribuidores que relocalicen sus cadenas de suministro podría convertir a Colombia en una plataforma exportadora para América Latina.

La receta es clara: articulación, estrategia, diplomacia y ejecución.

Es hora de aprender de quienes ven en las crisis una oportunidad para reposicionarse en el tablero global. En vez de jugar con candela, juguemos con inteligencia.