ANALISTAS 01/03/2025

De Colombia al mundo: Apec, la estrategia que abre nuevos mercados

Fredy Vargas Lama
Director del Centro de Pensamiento Estratégico y Prospectiva de la Universidad Externado de Colombia

Juan Tavera, emprendedor de Santander, llevaba años intentando penetrar un mercado norteamericano saturado. Su pequeña empresa de diseño se veía limitada por estrictas barreras regulatorias y el inminente riesgo de aranceles. Ante este difícil escenario, se preguntó si Asia, con su dinamismo y crecimiento, podría abrirle nuevas puertas. Su inquietud nos invita a replantear: ¿Debe Colombia seguir dependiendo de un único socio comercial o es momento de explorar oportunidades globales? En el último caso, fortalecer la relación con Apec se revela, sin duda, como una estrategia esencial.

Una Alternativa Estratégica: El Foro APEC

Apec reúne a 21 economías a lo largo del Océano Pacífico, representando aproximadamente 55% del PIB mundial y más de 60% del comercio global. Entre sus miembros figuran potencias como Estados Unidos, China y Japón, además de varios países del sudeste asiático, que por sí solos suman más de 35% del PIB global, y los socios de la Alianza del Pacífico, como Chile, Perú y México. Esta diversidad de actores, con posturas políticas y económicas variadas, constituye la mayor fortaleza del foro: aprovechar las diferencias para sumar oportunidades.

Mediante Apec, Colombia podría negociar y relacionarse con economías de extremos opuestos sin comprometer su postura unilateral. En un contexto en el que depender exclusivamente de Estados Unidos es cada vez más riesgoso, participar en Apec permitiría diversificar mercados y establecer relaciones comerciales equilibradas. A diferencia de un acercamiento bilateral directo con China -que podría desencadenar represalias comerciales de Estados Unidos- el foro ofrece una vía intermedia que fomenta el diálogo y la cooperación entre sus miembros.

Apec se configura como un espacio donde se articulan proyectos de integración, comercio e inversión de forma consensuada, permitiendo a Colombia abrir nuevos horizontes sin alterar sus relaciones tradicionales. Su capacidad para facilitar la inserción en redes de inversión, tecnología y conocimiento representa una oportunidad única para posicionar al país en el epicentro del comercio global. Además, el eclecticismo de sus perfiles políticos y económicos posibilita negociaciones en condiciones de equilibrio, sin verse forzado a tomar partido en disputas geopolíticas que perjudiquen el desarrollo nacional.

Hacia un Futuro Diversificado: El Rol del Estado y el Sector Privado

El caso de Juan Tavera evidencia la imperiosa necesidad de que Colombia amplíe sus horizontes comerciales. Insatisfecho por los obstáculos en el mercado estadounidense, el emprendedor se vio forzado a explorar nuevos nichos para crecer.

Su experiencia representa a una nación que debe descubrir oportunidades globales y aprovechar foros como Apec, adoptando visión estratégica. Para capitalizar esta coyuntura, es fundamental promover alianzas público-privadas que impulsen la innovación, faciliten la inserción en el comercio internacional y atraigan inversiones que fortalezcan su competitividad, asegurando un futuro próspero.

La Cancillería Colombiana (como organismo institucional de estado, más que de gobierno) está impulsando un esfuerzo a largo plazo para fortalecer relaciones con otras economías, pero este desafío no recae únicamente en el Gobierno. Es esencial que el sector privado y la academia, históricamente poco involucrados, se sumen activamente al debate y colaboren en la creación de soluciones innovadoras. Su participación permitirá articular propuestas y formar alianzas estratégicas, incrementando la resiliencia y competitividad de las empresas colombianas.

La próxima ronda de Apec, programada para noviembre de 2025, representa una oportunidad histórica para el país. Aunque es poco probable que se logre una membresía plena en este acercamiento, estrechar vínculos y participar en las agendas de negociación abrirá la puerta a una inserción progresiva en el comercio global. Este proceso transformador puede redefinir el papel de Colombia en el escenario económico internacional.

La diversificación no implica renunciar a relaciones tradicionales, sino complementarlas. Colombia, históricamente dependiente de Estados Unidos como principal socio comercial, necesita explorar nuevos mercados. Integrarse a Apec ampliaría las oportunidades comerciales y facilitaría el acceso a tecnologías, inversiones y experiencias que fortalecerían la competitividad de las empresas nacionales. Este enfoque estratégico mitiga riesgos e impulsa un crecimiento sostenible, asegurando un futuro económico aún más robusto a mediano y largo plazo.

La historia del señor Tavera nos inspira a transformar desafíos en oportunidades. Diversificar mercados y participar en foros como Apec son condiciones indispensables para un futuro próspero y resiliente en Colombia. Es el momento de mirar hacia el oriente, forjar alianzas estratégicas y abrirse al comercio global. Solo así podremos posicionar a Colombia de manera competitiva y segura, beneficiando a nuestras empresas y fortaleciendo toda la economía nacional en el largo recorrido hacia el desarrollo.