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ANALISTAS 07/01/2025

Escenarios 2025 para Colombia

Fredy Vargas Lama
Director del Centro de Pensamiento Estratégico y Prospectiva de la Universidad Externado de Colombia

Juan Vallejo, ingeniero civil en una pequeña constructora en Medellín recibe la noticia de que el proyecto de vivienda de interés social en el que trabajaba no contará con financiamiento completo para el 2025. La reducción de subsidios y el aumento de costos lo obligan a replantear estrategias para evitar despidos en su equipo. Este caso, aunque aislado, refleja los desafíos que enfrenta el sector privado colombiano en un 2025 marcado por la incertidumbre.

En un entorno incierto, el análisis estratégico de futuros es esencial para anticipar los desafíos de corto plazo del 2025 y sus implicancias a mediano plazo (2026-27). Analizar posibles escenarios permite planificar con visión estratégica, evitando caer en respuestas reactivas ante crisis inevitables.

De los cinco escenarios explorados a través de metodologías de foresight, este artículo se centra en los dos más probables, según consenso de analistas: uno de crecimiento frágil y otro de crisis fiscal. Ambos plantean acciones esenciales que el sector privado debe adoptar para afrontar la incertidumbre y construir un camino sólido hacia la sostenibilidad y la competitividad.

Escenario 1: Crecimiento frágil- oportunidades en medio de la tensión

En un contexto de crecimiento moderado, donde el PIB podría alcanzar un 3%, el sector privado encuentra oportunidades restringidas. Las concesiones de Quinta Generación (5G), como la Troncal del Magdalena, la Malla Vial del Valle del Cauca y la ALO Sur, ofrecen proyectos estratégicos, pero avanzan con dificultad debido a limitaciones fiscales, administrativas y la dependencia del financiamiento privado. Este sector podría actuar como un motor de competitividad regional si se logran establecer alianzas público-privadas efectivas y se aseguran fuentes de financiamiento estables.

La reducción de subsidios a programas como Mi Casa Ya impactará significativamente la vivienda de interés social (VIS), afectando a más de 200.000 trabajadores y limitando el inicio de nuevos proyectos, pero sobre todo restringiendo el acceso a vivienda propia a muchos colombianos de ingresos bajos y medios.

En comercio y servicios, las empresas deberán diversificar sus ofertas y enfocarse en la digitalización para captar nuevos mercados, mientras sectores como el turismo tienen margen de crecimiento con estrategias innovadoras de promoción. Por su parte, el sector agrícola, aunque con buenos resultados en 2024 gracias al café y el cacao, necesita cerrar brechas de productividad mediante mejoras en infraestructura rural y el uso de tecnologías.

Sin embargo, los constantes roces entre el gobierno y el sector privado, junto con las tensiones institucionales provocadas por decisiones controvertidas, juegan en contravía del desarrollo que los actores sociales intentan impulsar en un panorama ya frágil y complejo.

En este escenario, el sector privado debe priorizar la eficiencia, fomentar alianzas público-privadas y fortalecer cadenas de valor en sectores clave.

Escenario 2: Crisis fiscal - riesgos y resiliencia

El segundo escenario, de crisis fiscal, plantea una perspectiva más sombría y desafiante. Un déficit fiscal descontrolado, combinado con un aumento de la deuda pública y un posible incumplimiento de la regla fiscal, podría llevar a una espiral de depreciación del peso, mayores tasas de interés y una contracción severa del empleo formal. Este escenario no solo pone en riesgo la estabilidad macroeconómica de corto y mediano plazo, sino que amenaza con profundizar los problemas estructurales de la economía colombiana.

El sector comercio y servicios, dependiente del consumo interno, sufriría un deterioro significativo. La inflación provocada por una moneda devaluada reduciría el poder adquisitivo de las familias, impactando negativamente sectores como alimentos, comercio minorista y servicios de entretenimiento. La contracción del crédito y el alto costo de bienes importados limitarían aún más la expansión de estos sectores.

El sector construcción, ya golpeado por la reducción de subsidios y los altos costos de materiales, enfrentaría una parálisis en la vivienda de interés social y retrasos en proyectos de infraestructura pública. Esto afectaría no solo la generación de empleo, sino también el desarrollo regional. En este contexto, la inacción agravaría las brechas existentes y aumentaría la informalidad.

El sector privado deberá enfocarse en estrategias de mitigación como la optimización de costos, la diversificación de mercados y la resiliencia organizacional. Además, será clave buscar financiamiento internacional y alianzas estratégicas para superar las dificultades.

Implicancias de mediano y largo plazo

Independientemente del escenario que prevalezca, las empresas deben plantearse estrategias multitemporales que integren acciones de corto, mediano y largo plazo. Según Roger Martin, es fundamental responder preguntas estratégicas para cada organización como: ¿Qué ofrecer?, ¿Cómo y dónde hacerlo?, y ¿Qué recursos son necesarios para lograrlo? Este enfoque ayudará a alinear las prioridades organizacionales con las realidades del entorno.

Para asegurar la sostenibilidad, el sector privado debe enfocarse en invertir en dos capitales fundamentales que son clave para proteger y potenciar su desempeño a mediano y largo plazo en las distintas industrias:

Capital físico: Invertir en tecnología, infraestructura y digitalización para modernizar procesos, reducir costos y mejorar la competitividad en mercados globales.

Capital humano: Diseñar programas de formación que integren habilidades técnicas específicas y competencias en innovación y transformación digital. Esto debe hacerse a través de alianzas con instituciones educativas y gubernamentales, creando una fuerza laboral preparada para los desafíos del futuro.

El sector privado debe sentar las bases de un modelo económico que combine productividad con inclusión, asegurando un crecimiento sostenible a través de decisiones estratégicas bien fundamentadas.

Un llamado a la acción para el sector privado y los candidatos de 2026

Mientras nuestro ingeniero de Medellín busca soluciones para mantener su proyecto a flote, queda claro que el sector privado no puede permitirse esperar pasivamente respuestas desde el gobierno. Es el momento de actuar con determinación, abrazando la innovación, fortaleciendo la colaboración entre actores clave y adoptando una visión estratégica que contemple el corto, mediano y largo plazo. La capacidad de construir resiliencia será la diferencia entre sobrevivir y prosperar.

Por otro lado, los candidatos presidenciales de 2026 enfrentan una responsabilidad ineludible: priorizar propuestas que transformen estructuralmente al país y garanticen la estabilidad fiscal e institucional de largo plazo. Reformar el sistema general de participaciones, invertir en infraestructura estratégica, disminuir el presupuesto del gobierno como porcentaje del PIB desde las eficiencias y desarrollar el capital humano de todo nivel, deben estar en el centro de su agenda. Colombia necesita liderazgo que entienda que la competitividad y la inclusión no son opcionales, sino urgencias inaplazables.

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