Analistas 18/03/2025

¿Bienes de interés cultural?

Por estos días continúa el bombo de los bienes de interés cultural en Cali, es que ahora no solo es el Club Campestre, sino que las flechas apuntan hacia otros bienes como el edificio Jorge Garcés Borrero o la hacienda de Menga más que todo porque pertenecen a la genealogía del Alcalde de Cali.

Pero estos bienes han sido declarados de interés cultural desde 2000 y ajustada varias veces desde 2007 a 2014 conforme al POT que iría hasta 2027 ¿Pero son solo los bienes de la familia de Alejandro Eder?

No, en ese gran listado esta la iglesia de San Martín al lado de Comfenalco, que lo único que queda de ella es el cascarón, un hospital como el San Juan de Dios construido en 1825 y que tiene un edificio anexo que es de la época republicana considerado de interés cultural, pero en completo abandono, o a donde dejamos el puente que solo esta para decir viva Cali Chipichape y Yumbo y que es un matorral completo, el Colegio Santa Librada que aunque es de 1942 está que se cae y esto sin dejar atrás otros tantos como el Colegio de la Sagrada Familia que tiene un armazón interior bastante exótico y aquellos que nadie mira como el antiguo hipódromo que hoy sirve para entrenar atletismo o la planta del acueducto de San Antonio que tiene más de 100 años y nadie lo sabe.

Y así existen muchas edificaciones que son consideradas de interés cultural por ser aquellas que con arquitectura sirven para tener presente la memoria de una nación y preservarla del olvido del tiempo, pero no solo en Cali, en el país en general existen muchos bienes que están o abandonados o medio demolidos, como es el caso de algunas casas dentro de la ciudad amurallada en Cartagena, o aquel puente en Caloto conocido como “el puente de Calicanto”, del que habían denunciado su deterioro en 2020 y pasaron los años hasta que en enero pasado se empezó a caer y finalmente se fue al piso este 6 de marzo ya cuando Invías había prometido $2.000 millones para su intervención.

Volviendo a Cali, mi opinión sobre este tema es más que una preocupación por parte de una oposición, que lo que menos les inquieta es una vieja estructura que podría ayudar a la cultura de la ciudad, es algo de índole político, ya que se acerca la época electoral.

Al alcalde Eder y a mandatarios de todas las ciudades les recomendaría restaurar las academias de historia, en el caso de Cali, podría instalarse en la casa de mejoras públicas en el centro histórico de la ciudad y para que quienes lo defienden se enteren que el Club Campestre tiene dos edificios históricos: uno es la casa de la hacienda San Joaquín, que data de 1848; y el otro es el restaurante del mismo nombre, que se remonta a la década de 1930 cuando se fundó el Club y no limitarse a decir que son “el edificio 1 y 2”.