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Por estos días el presidente de los colombianos, Gustavo Petro, ha estado en el vecino país de Panamá hablando temas de medio ambiente, energías limpias y algo del ferrocarril para un buen paso con su homólogo Raúl Mulino, pero también se dirigiría un poco más al norte, a la frontera con Costa Rica para hacer un homenaje.
Un homenaje medio mítico, porque algún periodista de cadena radial nacional dijo que era para homenajear a los trabajadores de ferrocarril en Panamá, algo que da tristeza porque ahí es donde se planta la teoría que la historia ni es tenida en cuenta, ni tiene el valor que tuvo tiempo atrás.
Pero la verdad de esto es que el Presidente estuvo en Bocas del Toro para rendirle un homenaje a algunos combatientes colombianos, clandestinos dice él que estuvieron bajo las banderas independentistas de Antonio Maceo, aquel general cubano, de Catarino Garza, el mexicano que estaba siendo buscado por la dictadura mexicana, pero sobre todo del General Rafael Uribe Uribe.
Y ahí es donde empieza el error... el presidente Petro habla de la guerra de 1895, y si bien es el preámbulo de la Guerra de los Mil Días con todo y sus consecuencias, también fue el conflicto más corto que tuvo Colombia en el siglo XIX. Sus principales jefes fueron los Generales Santos Acosta a la cabeza, Siervo Sarmiento y Rafael Uribe Uribe.
Esta “Guerra” se llevó a cabo del 23 de enero al 15 de marzo de 1895 con un triunfo de las tropas del gobierno conservador en cabeza del presidente Miguel Antonio Caro y entre sus militares se encontraban Rafael Reyes Prieto y un francés que había llegado a fundar un cuerpo de policía llamado Juan Marcelino Gilibert.
Y es Rafael Reyes quien consigue los triunfos de los principales combates de ese conflicto, La Tribuna en cercanías a Facatativá y Enciso en Santander y gracias a esto Bogotá tuvo Arco del triunfo que al parecer no duró mucho porque hoy si no es por las fotos de la época, ni rastro de él.
Ahora bien, después de la derrota de La Tribuna, el General Rafael Uribe Uribe huye por el río Magdalena y es capturado en Mompox y trasladado a Cartagena donde cumplió prisión siendo indultado posteriormente por la Cámara de Representantes una vez terminada la guerra.
¿Y Maceo?, él tampoco estuvo por Bocas del Toro, contrario a esto estaba establecido como exiliado en Costa Rica y formó una colonia agrícola conocida como La Mansión, que se dice fue donde llegaron muchos adeptos a la independencia de Cuba, pero que los colombianos llegaron por Estados Unidos a la Isla reclutados por Francisco Javier Cisneros, aquel ingeniero que construyó muchas de las vías férreas de nuestro país y entre los que se puede recordar a personajes como el General Avelino Rosas.
Así pues, es Catarino Garza, opositor del porfirismo y refugiado en Texas, teniendo que salir después de ahí por la persecución del gobierno de Díaz con rumbo a Costa Rica y finalmente a Bocas del Toro teniendo contacto con Avelino Rosas (no con Uribe Uribe), realiza una pequeña actuación en la guerra de 1895 y aunque no se conocía el jefe de este asalto, es el comandante de ese puerto, Donaldo Velasco quien lo da a conocer al publicar un folleto titulado “Asalto de Bocas del Toro por el General Catarino Erasmo Garza”.
El llamado es a rescatar la historia (cátedras, academias), acudir a los libros y a no quedarse con las redes sociales.