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Analistas 17/12/2024

Acoso: trabajo forzado

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista

Para seguir comprimiendo el mínimo, en el desequilibrado régimen neoliberal, el patrón gremial desacreditó a Piedad Urdinola: una experta en estadística socioeconómica, con una trayectoria íntegra. Mac Master nunca trataría así a Leonardo Villar, porque el BanRepública castigaría sus intereses, y le negaría cualquier salvamento, como lo hizo durante la pandemia.

Antes de este episodio, algunos medios divulgaron varias quejas contra influyentes consultorios jurídicos que habrían violado leyes laborales. Nefastos precedentes, la degenerada conformidad o la salvaje competencia del patrón «alfa» prevalecen en cada imperio sectorial; gobierna cómodamente en las oenegés e instituciones estatales, y lo imitan las Mipyme para sobrevivir o entronizarse (t.ly/OXQt7).

Nada más torcido que el derecho, considerando que constituye la especialidad más representativa de nuestro Estado, las autoridades también promueven el sigilo, la mentira o la capitalización del pecado, y la impunidad es total.

Ignorando la rescisión del Contrato Social y la involución del “papel del trabajo en la transformación del mono en hombre”, @MIsabelRueda defendió a sus colegas y consintió la deshumanización laboral. Relatando desmedidos sacrificios personales como heroicidades, descalificó la reivindicación de los límites que demanda la Generación «Alfa», y desestimó el diagnóstico que le suministró un psiquiatra: “anosognosia, que es la incapacidad de reconocer los problemas” (¿Cómo andamos de salud mental los colombianos?, t.ly/_kcmC).

Confundiendo trabajo con esclavitud o rebusque, las jornadas reales parecen perpetuas y la casa u oficina una cárcel; la valoración de los cargos es tan arbitraria como los pagos por destajo, y el sabotaje o la humillación son habituales. Y casi nadie se salva, porque predominan el pánico de las víctimas, la sumisión del esbirro/verdugo y la kafkiana justicia.

Gracias a los “carteles de la toga”, esos doctores dejan sin efecto muchas denuncias por acoso laboral, y muchos médicos les ayudan a lavarse las manos ante el “Síndrome del Desgaste Profesional” (Clasificación Internacional de Enfermedades, 2022). Así, los perpetradores tienen licencia para revictimizar a quienes padezcan ergofobia -temor al despido-, pues no renunciarían porque el desempleo es tendencia, no salda cuentas ni rehabilita.

Señales de alerta: ofertas tentadoras. Durante la selección, realizan “bajastas” salariales o entrevistas impertinentes. A posteriori, sesgan las evaluaciones de desempeño para preservar al darwinista o tirano statu quo. Y quien objete sus medios o fines sufrirá manipulaciones psicosociales (gaslighting), inquisiciones colegiadas-sectarias o estigmas del condenado.

Imprudentes, suscribimos estas prácticas desleales y abusivas cuando, procurando empleos o presuntos ascensos, asumimos condiciones precarias, transigimos comportamientos tóxicos y acatamos instrucciones enfermizas. Camino al averno, los abogados serán sustituidos por agentes de inteligencia artificial, capaces de mentir intuitivamente, aprender mañas y hacer caso, sin descanso ni queja.

Finalmente, en neurociencias las ondas «Alfa» resuenan como causa y efecto de la relajación activa. Y sepa que el relato dominante desvirtuó al liderazgo social que heredamos nuestra especie primitiva (t.ly/2X82M).

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