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Analistas 16/05/2024

Catfish: cándidos candidatos

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista

Los diccionarios ingleses asocian el término «catfish» a las entidades que saben aparentar para enganchar cándidos.

Una queja recurrente entre responsables de selección es que los currículos, las evaluaciones de competencias o las verificaciones de referencias contienen información inexacta o falsa, suministrada por los aspirantes. Sin embargo, pagando con la misma moneda, los avisos de empleo apenas tienen valor nominal porque las empresas maquillan su imagen para atraer el talento que necesitan o desean.

Casi todas ignoran o implementan de manera incoherente el mejoramiento continuo de la Experiencia de Candidato, un modelo de gestión que supuestamente está de moda, aunque su fiel traducción sería Catfish Experience, debido a la recurrencia de los desengaños expuestos a continuación.

Marketing Woke-Washing. Manipulan potenciales víctimas de sus desleales o abusivas prácticas, postureando premios o sellos amigables, v.g. Great Place To Work, promesas de valor o solemnes declaraciones de propósito, valores y políticas, en sus páginas web o reportes de sostenibilidad.

Salario emocional. Ofrecen beneficios no económicos que presuntamente mejoran el bienestar vida-trabajo, entre otras alternativas «chimbólicas» o realmente tóxicas.

Etiqueta. Nombran los cargos para generar impacto psicológico, aunque no correspondan con las facultades o recompensas; incluso, pueden implicar ascensos sin corrección salarial, como sucede con las “dry promotions” (WSJournal, 11/3/2024, https://t.ly/DbeSY), en momentos de crisis cuando violan cualquier condición estipulada.

Esa mala conducta es la Nueva Normalidad, que justifican o venden como oportunidad profesional, aunque la sobrecarga termine presionando al desgaste -burnout- o la renuncia, pues, a diferencia de las máquinas que son adquiridas para utilizar con fines delimitados, los descriptores de cargo con los cuales contratan a los humanos conservan esa ambigua y oportunista cláusula de “todo lo que le ordenen”.

Indicadores. Los perfiles de cargo enumeran tareas genéricas, sin dimensionar su alcance ni publicar sus indicadores de desempeño -KPI-, que describen los determinantes del éxito o fracaso en su gestión.

Competencias. Generalmente, la selección depende de la química; y si aplican algún “assessment”, es usual que ni siquiera entregan retroalimentación a los elegidos. Después queda en evidencia que las pruebas no tenían relación relevante con la esencia del cargo; el vinculado tampoco era lo que parecía o los criterios evaluados no eran apropiados.

Compensación. En el corrompido mercado laboral, las personas buscan desesperadas un pago para satisfacer sus necesidades básicas, porque no creen merecer un trato justo, una suerte de crecimiento integral y una conexión trascendental. Entretanto, las empresas ocultan su oferta para permitirse especular, tras pedirle a esas candidatas anclar su salario actual y aspiración.

Todo esto después de que la elección de carrera ha sido otra Experiencia Catfish para la mayoría, y que esos graduados no agregan el valor que anunciaban sus títulos universitarios. Más presunciones y falsos positivos.

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