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Analistas 21/11/2024

Gracias, Superyó

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista

Desenmascarando tanta corrección política, una funcionaria se disfrazó imitando la moda terrorista. El próximo Día -de Cacería- de Brujas, cada colombiano debería representar a Superyó.

Error de atribución, aunque incriminemos a los demás, somos autoindulgentes. Verbigracia, Qualtrics reveló que 54% de los empleados “aceptaría una reducción salarial para trabajar en una empresa con mejores valores” (t.ly/f-WW0), pero en la práctica el estatus y el poder adquisitivo fungen como kriptonita moral.

Además de la aterradora necesidad, la fantasmal comodidad puede quebrar nuestra resistencia (“sostendré los principios que seguía cuando estaba cuerda […] Si pudiera incumplirlos según mi conveniencia, ¿qué valor tendrían?”, Jane Eyre), y mimetizar nuestra resiliencia en cualquier bando cuya sombra la cobije.

Como autodiagnóstico, caracterice su personalidad, motivación y destreza; su profesión, empleo y organización; conecte por qué se vinculó a dichos ámbitos, y qué mantiene esa afiliación. Finalmente, describa en cuáles situaciones honró y defraudó los valores promulgados, y especifique cómo suma y resta a la misión.

Probablemente descubra que improvisa respuestas, expone contradicciones o no tiene evidencias, y evade corresponsabilidad, trabaja erráticamente o agota esfuerzos sin aclarar ni materializar algún propósito superior. Sintetice las semejanzas y diferencias, individuales y colectivas, y distinga lo positivo de lo negativo.

Note que las disonancias se manifiestan y viralizan, funcionalmente, por la falta de pertinencia las prioridades o las distorsiones paramétricas; estructuralmente, conflictuando personas, tribus o modelos-procesos y, conductualmente, «racionalizando» las críticas o normalizando los problemas con soluciones de compromiso.

Cómplices de esa conformidad, muchos se «radicalizan» para complacer a sus déspotas jefes o a quienes puedan excluirlos del grupo, cuya presión también induce cierta sumisión, diluyendo la autodeterminación, la deliberación y el bien social, además de la apertura, compasión o cooperación.

Mendigos e infractores institucionalizados, el razonamiento moral debería permitirnos superar tanta relatividad, cuando dejemos de tratarnos como medios condicionados. Pero cuesta meditar, conciliar consigo mismo y ceder para concertar el alcance o la compatibilidad entre nuestra libertad, dignidad e igualdad.

En matemáticas, la «racionalización» permitía estandarizar desigualdades y equivalencias, eliminando los «radicales» de los «divisores». Para transformar lo que deseaba evitar, usaba operaciones complementarias, como “la suma por la diferencia”, y simplificaba los factores comunes.

Respecto a la irracional gestión humana, guíese con el Mapa del Trabajo Significativo (Lips-Wersma), basculando cuadrantes: Ser/Yo (Autenticidad e Integridad), Ser/Otros (Apoyo y Unidad), Hacer/Yo (Logro y Desarrollo) y Hacer/Otros (Servicio). Moraleja sobre desequilibrio moral, para sobrevivir o sobresalir, ¿debe atacar a los demás, ampararse en labores u organizaciones impropias, y corromper el mérito o premio?

Celebración peregrina, Acción de Gracias apreciaba los dones, los favores y las cosechas. Cuanto menos ese día, disfracémonos como humildes o altruistas.

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