MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Mientras se defiende por manipular testigos, el expresidente Uribe advirtió a Vicky Dávila que Colombia sería una «republiqueta», si Petro vence al fraude electoral [sic]. Estado fallido, merece encabezar The Crony-Capitalism Index (The Economist, 12/3/2022).
Breve historia del presente, el Frente Nacional expropió los votos a un exdictador; así asumió el poder Pastrana. Gaviria heredó en cuerpo ajeno la presidencia, y secuestró al Liberalismo. Pese a tantas disidencias, esos zombis reaparecieron en las recientes parlamentarias; así mantienen a sus amiguis e hijitos exonerados de cargos, o acondicionados en altos cargos.
Verbigracia, compartiendo cobijas, la hija del César y esposa del presidenciable Conservador, fue infiltrada en la Cámara de Comercio (CCB). Entretanto, Santos incubaba al delfín de Samper -protagonista del Proceso 8000-; ahora, mimetizado de Verde, se quemó aspirando a representar a los trabajadores por prestación de servicios, luego de convertir a su cónyuge en empleada de la CCB (antes contratista en Energía de Bogotá).
El antidemocrático gobierno del Centro Democrático transigió esos nombramientos, porque la política es dinámica y reelige: 1) compartir conflictos de interés, y 2) maquillar lo inmoral como no ilegal.
Primero, por culpa del nepotismo, las ramas del poder pertenecen a la coalición de gobierno, y los accionistas del capitalismo son sus cómplices. Así, nuestro régimen opera como el de Rusia, líder de la reciente publicación del Crony-Capitalism Index; paradójicamente, ambos países respetan la propiedad privada, tal como Estados Unidos, que denominó cleptómanos a los oligarcas rusos (1/3/2022), aunque su neoliberalismo constituye una tiranía de oligopolios estafadores.
Ayudado por el árbitro, *Londongrado* sale bien librado del señalamiento de aquel Índice, pero Singapur, república autoritaria que puntea escalafones de competitividad, demostró que la prosperidad no se debe a la libre empresa, sino a las conexiones estatales. Así, sin competencia ética ni reglas progresistas, los Parásitos Rentistas ganan a costa de sus grupos de interés, cabildeando y estableciendo carteles.
Segundo, depurando las etiquetas, convengamos que Duque es un farsante, igual que el Registrador; su incompetencia es tan determinante como su soberbia, y no debería sorprendernos el fracaso del diseño, la organización y el escrutinio electoral, pues de manera anticipada advirtió que no admitiría quejas, y quienes sintieran falta de garantías debían abstenerse de participar en los comicios (Semana, 26/10/2021).
Aunque traten de lavarse las manos, comparten responsabilidad con sus amiguetes, quienes los eligieron, y los observadores de la Unión Europea o la MOE, cuyo cuentico de los “cúmulos de errores subsanables” desconoce las implicaciones de tan groseras anomalías, estadísticas y procedimentales, ante la crispada polarización.
Además, la insostenible desconfianza institucional expande el abstencionismo, que contagió a seis de cada 10 personas.
Nuestro sistema electoral es anacrónico, engorroso e inefectivo, como el tributario. Colmo de males, sin *convicción* democrática, el Consejo Nacional burló La Silla Vacía, legitimando candidatos *convictos*. Y Fico parece Duque II; entonces no apoye otra victoria pírrica: elija «democratizar» a Colombia, mediante Constituyente.