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Analistas 06/06/2024

Toxicolombianos

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista

Finalizando la segunda guerra mundial se institucionalizó mayo como Mes de la Conciencia en Salud Mental (https://t.ly/gxU4J); recordé ese detalle tras recibir «dos» cápsulas (2 decimal = 10 en binario) que contrastaban el trato sesgado respecto al género (https://t.ly/3wTt9), o la incendiaria reacción comunitaria ante un provocador, y la razonable terminación del conflicto ((https://t.ly/lmF63),).

Virgen santísima, somos adictos a las crisis y relaciones tóxicas; polarizados, nos dividimos entre «unos» y «ceros» -anulando a los “otros”-. Renunciamos a ser «dieces» (10=1010), porque no hay unión, paritaria e intercalada, sino segregación, en partes iguales, condenándonos a la pena de los «doce» pasos (12=1100), hasta que aprendamos algo para superar ese cifrado.

Breve historia quinquenal (5=101), el plebiscito por la paz demostró que los insatisfechos también son fachos. La pandemia reprimió al estallido social, y en primera vuelta presidencial extirparon a los representantes del Establecimiento, aunque un finalista estaba contaminado por la corrupción, y Petro resultó ser tan nocivo como sus predecesores.

Colapsados, los analistas de opinión más reconocidos son los mismos oportunistas, tecnócratas o exfuncionarios que no rajaron en su momento y jamás soltarán el hacha. Para anticipar sus profecías autocumplidas, continúe la regresión hecha por un psiquiatra que respondió a “¿Cómo andamos de salud mental los colombianos?” (El Tiempo, 26/12/2017), destacando trastornos de moda o persistentes Estados Fallidos, como: 1) negación de los problemas o evasión de responsabilidad, 2) degradación de expectativas o desesperanza, 3) incapacidad para reconocer algo bueno en el “otro”, y 4) desconfianza crónica, que sabotea la gestión de acuerdos.

También es probable que exhiban: a. obsesión hacia lo negativo, b. tendencia a culpar a los demás, c. dependencia al conflicto, d. narrativas prejuiciosas en los inicios, agresivas en los nudos o trágicas en los desenlaces, e. narcisismo como escudo protector, o victimismo como salida de emergencia.
Tratándonos a las patadas, disputamos cada día como una arbitraria eliminatoria, definida con fatídicos tiros desde los “12 pasos”. Paradójicamente, nuestra rehabilitación implica transitar otros “12 pasos” o superar “12 desafíos”, como los impuestos a Heracles tras enloquecer.

Colombianos Anónimos: además de los “nn”, tachados por los “12” apóstoles o los falsos positivos, abundan los “nadie”. Busquen la marcha de su preferencia, como grupo de apoyo, y encuentren algún “padrino” político para afrontar sus problemas, “1” día a la vez, que es lo que durará la tentadora traición.

Tomando atajos, 1. Admita su impotencia, porque la vida y el país son ingobernables; 2. Crea que algún omnipotente tirano restaurará el “sano juicio”; 3. Confiese parcialmente la verdad, y eluda la reparación del mal ocasionado, antes de recaer en la próxima elección. ¿Es eso es lo que desea para la siguiente generación?

Desdoblándose, repase El Otro (Borges), El Doble (Dostoievski) y Desesperación (Nabokov). Y al menos corrija tanta injusticia socioeconómica, aplicando la regla de oro: trate a los demás como le gustaría que lo hicieran con usted.

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