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Las campañas de los 10 candidatos que aspiran a regir los destinos de la Universidad Nacional de Colombia en el período 2024-2027 marchan a todo vapor, pues el martes 12 de marzo se llevará a cabo la consulta electoral, en donde profesores, estudiantes y egresados de la UNAL tendrán la oportunidad y la responsabilidad de participar en la designación del nombre, en esta oportunidad del hombre (porque no hay candidatas mujeres) y la propuesta que mejor aproximación tenga a los inmensos desafíos que tiene la UNAL como gran centro de pensamiento, educación, investigación e innovación en el país.
No es un asunto de poca monta. La Universidad Nacional de Colombia que hoy cuenta con casi 58.000 estudiantes activos y más de 200.000 egresados, tiene un compromiso histórico y concreto con la época de cambio que vive el país. Como lo fue en el pasado, la Nacional está llamada a preparar profesionales integrales con pensamiento crítico, capaces de liderar un proceso, un proyecto, una Nación, de construir tejido social, de intervenir de manera efectiva en todos los frentes y en todos los territorios.
Y para lograrlo, se necesita un liderazgo efectivo, capaz de impartir formación para vivir en sociedad, para mejorar la calidad de vida de la gente, combatir la pobreza y el hambre, mejorar la inclusión y la participación de los colombianos en los procesos sociales, políticos, culturales y económicos. Se trata de ser capaces de sacar la ciencia de los laboratorios y ponerla al servicio de la gente en todos los ámbitos.
En el marco de este proceso de designación de un nuevo rector, estudiantes, profesores, egresados y personal administrativo -todos los que son el corazón de la Nacional- tienen una oportunidad de oro para avanzar en un proyecto identificado con el país y sus gentes. La consulta electrónica del 12 de marzo seleccionará las cinco propuestas de rectoría con mayor respaldo de la comunidad universitaria, que serán presentadas ante el Consejo Superior Universitario (CSU) para su análisis y consideración. El 21 de marzo en sesión extraordinaria, el CSU, integrado por un representante estudiantil, un representante profesoral, un exrector, un miembro del Consejo Académico, un designado por el Consejo Nacional de Educación Superior (CESU), dos designados del presidente de la República y la ministra de Educación o su viceministro, hará la designación del nuevo Rector.
En este contexto, los electores del nuevo Rector del Alma Mater de la educación en Colombia, tienen una responsabilidad de alta relevancia, dado que tienen en sus manos la posibilidad de designar la propuesta que mejor pueda secundar el desarrollo en todos los ámbitos y aumentar las posibilidades de que los jóvenes del país puedan contar con un futuro estable y pleno de realizaciones.
Entre los candidatos hay pensadores de alto vuelo intelectual, académicos sobresalientes, personas de amplia trayectoria académica y con un liderazgo efectivo en diversos campos, pero también hay quienes echan globos al aire. Como en toda campaña electoral, lo clave está en ir a la profundidad de las propuestas y poder así tomar una decisión documentada que permita designar a la persona que cuente con la trayectoria y el liderazgo requerido para restablecer y mantener el lugar de honor que la Universidad Nacional ha tenido como referente de pensamiento, investigación y promoción del cambio social en el país.
Tras escuchar a los candidatos en los foros y debates públicos realizados a la fecha, no tengo duda de que la propuesta #UN Por La Vida liderada por el médico y cirujano Raúl Sastre, con toda una vida dedicada a la Universidad Nacional como estudiante, residente, maestro de varias generaciones de médicos y científicos, ex director de Departamento, Ex Decano de la Facultad de Medicina, gestor, fundador y Director Científico del Hospital Universitario Nacional; constituye el mejor programa de gobierno para la Universidad Nacional.
La propuesta #UN Por La Vida tiene un marcado énfasis social, donde el cubrimiento (acceso a la educación superior), la inclusión, la igualdad y el bienestar de los estudiantes, junto con la calidad de la educación, se convierten en las fuerzas movilizadores de una nueva etapa de la Universidad Nacional de Colombia. Una propuesta de gobierno, que demanda ser conocida y apoyada por los actores claves de esta elección: estamentos universitarios y Gobierno nacional.
