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La región del Catatumbo atraviesa una de las peores crisis humanitarias que haya padecido el país. En los últimos meses se convirtió en el escenario de una guerra entre el Ejército de Liberación Nacional, ELN, y las disidencias de las Farc, por el control territorial donde se mueven miles de millones de dólares producto del mercado ilícito del narcotráfico y la minería ilegal.
Esta guerra entre los grupos subversivos ha traído graves y delicadas consecuencias para la población civil. Más de 50.000 habitantes que habitan en esta zona del departamento de Norte de Santander y fronteriza con Venezuela, han tenido que huir de sus tierras para salvar su vida.
Los informes presentados por la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, dan cuenta del horror y grave situación que afronta la población civil. Los muertos sobrepasan la cifra de los 100; más de 300.000 habitantes están en un alto riesgo de vida; 46.000 niños y niñas no tienen cómo asistir a los colegios. Y las poblaciones de los municipios cabecera como Tibú, Teorama, Sardinata, Convenciones, El Tarra, donde se ha concentrado la violencia ejercida por los grupos armados, permanecen bajo la ley del fusil.
Las cifras sobre inseguridad en el país se han desbordado. El Consejo Gremial a través del Observatorio de Seguridad, registra con gran preocupación el aumento anual de los delitos relacionados con la extorsión. El año pasado el Ministerio de la Defensa reportó 12.334 casos con un aumento de 11% en relación a 2023.
Al destacar la situación en Santander, territorio avícola por excelencia y que se puede extender a la Costa Atlántica y el Eje Cafetero; los escenarios actuales de preocupación se enmarcan en las confrontaciones entre estructuras delincuenciales, las acciones delictivas desde centros penitenciarios, la reactivación de la presencia de grupos armados ilegales, el impacto de la migración irregular en la seguridad ciudadana, y la extorsión y amenazas a empresarios y productores rurales.
La escalada terrorista en la región del Catatumbo llevó al Gobierno Nacional a declarar la conmoción interior y emergencia económica. Pero no es suficiente. Los grupos armados se han fortalecido especialmente en esta zona del país donde los negocios ilegales como el tráfico de cocaína y la minería ilegal van de la mano, y ha enfrentado el poder destructor del ELN, las disidencias de las Farc y la organización criminal del llamado Clan del Golfo.
Es una zona fronteriza convulsionada que requiere de una mayor atención por parte del Estado, que garantice la vida y tranquilidad de las poblaciones que hoy están inermes frente a un conflicto armado que no les pertenece y avocados al desplazamiento forzado. Por el contrario, esa guerra entre grupos ilegales ha traído más atraso, más pobreza.
La grave situación de orden público en el Catatumbo, también se refleja en otros territorios como el Cauca y Chocó, que ha puesto tambaleante la Paz Total, bandera del gobierno Petro con los grupos guerrilleros, especialmente el ELN que desde el inicio de esta y anteriores negociaciones, no ha mostrado una verdadera voluntad de paz.
Duele la situación del Catatumbo. Las historias de lo que ocurre en esta región del país son aterradoras. Las comunidades claman por la presencia del Gobierno Nacional, los líderes sociales están en la mira de una guerrilla despiadada que solo busca asentar su poder para el manejo ilícitos de los negocios del narcotráfico y la minería ilegal.
El Consejo Gremial ha rechazado los actos de terrorismo ocurridos en los departamentos de Norte de Santander y Chocó, también donde el ELN ha sembrado el terror, y hace un llamado al Gobierno para que se garantice la seguridad en todo el territorio nacional.
Igualmente, hemos sido informados que los avicultores han recibido extorsiones en el norte del Cauca, en Palmira, en el sur de Valle. La inseguridad en las vías es lo más angustiante, ya que se han presentado situaciones de robo a los camiones con pollo en pie al salir de las granjas. Las zonas más afectadas son el sur del Valle y norte del Cauca. Además, en Tuluá aunque se le ha dado duro a las bandas, estas siguen amenazando y extorsionando a los avicultores de la zona.
Desde Fenavi también rechazamos los actos de violencia ocurridos en estas regiones del país donde el accionar del ELN y las disidencias de las Farc han puesto en riesgo la vida y la tranquilidad de sus habitantes, solidarizándonos con las familias y comunidades del Catatumbo asediadas totalmente por el ELN. Hacemos también un llamado al Gobierno Nacional para que le garantice al país la seguridad en todo el territorio nacional, clave para el desarrollo y productividad en el país.
En 2017 Colombia nos acogió con calor, color y cariño en el III Congreso de Editores, entonces escribí un artículo a Gabo que me gusta evocar en vísperas de nuestro ya VIII Congreso