Malas elecciones

Bien dicen por ahí que torpe es solo aquel que cambiando las circunstancias no cambia de opinión. Pues bien, más allá de lo obvio y los sobre analizados que puedan estar los resultados electorales hay mucho más allá que un voto de rechazo o recuperación de espacios para cierto sector del país.

Colombia es un país que como decían en el plebiscito del presidente Santos, vota berraca. Hace unos años quien logró emberracar correctamente a un sector del país fue la coalición del pacto histórico, de la que formaron parte muchos que hoy se volvieron detractores solo porque fueron sacados de sus puestos o algunos no tienen cuota burocrática. Definitivamente, la lealtad en Colombia depende del beneficio personal.

No solo son malas elecciones para el presidente por como quedó configurado el mapa electoral. Las malas elecciones se vienen haciendo desde antes de que Gustavo Petro fuera presidente de la república. Por más que el presidente quiera posar de estadista, su desconocimiento del país, ausencia de coherencia discursiva, su constante impuntualidad y su narcisismo lo convirtieron en su peor enemigo que terminó por condenar a sus aliados políticos que creyeron que el país es un carro Tesla que se maneja solo.

Pues lo cierto es que la improvisación y malas decisiones de casi todo el gobierno nos tienen a todos los colombianos al borde de un colapso en la salud y que como es sello de este gobierno, decidió descargar la responsabilidad en las EPS sin siquiera sonrojarse. El ministro Jaramillo termina sacando cifras sin contraste, sin que se pueda comparar si lo pagado es suficiente por la naturaleza de cada entidad, buenos para señalar y malos para asumir la responsabilidad.

Como muy bien trinó @AndresVecino: “El Ministro de Salud dice que Sanitas recibe “mucha UPC” y concluye que recibe suficiente ¡No es lo mismo! Sanitas tiene una gran siniestralidad. 6m de usuarios, muchos adultos mayores con alto gasto. Es falaz vincular ingresos totales a rendimientos sin contar los gastos”.

Habrá que preguntarle al ministro si los giros se hicieron en tiempo para evitar costos financieros operativos de las EPS, saber si en todas las veces se transfirieron los valores que correspondían a las necesidades y si los pagos adicionales solicitados no han sido aprobados por falta de rigurosidad en el análisis.

Malas elecciones son las que últimamente está tomando el gobierno en que se le ha olvidado que hay un agenda de país que debe buscar el bienestar de los colombianos y no sacar revanchas políticas y personales que luego le van a salir más caro al país. Como pasó con Nicolás Petro y lo escribí en una columna anterior, en Bogotá vivimos lo mismo pero con las empresas prestadoras del servicio de recolección de basuras de la ciudad, que terminó por poner a Bogotá en emergencia sanitaria y luego la ciudad tuvo que pagar una multimillonaria sanción por cuenta de la violación al régimen de competencia que le interpuso la Superintendencia de Industria y Comercio a la empresa de acueducto por el fracasado esquema de basuras de Petro.

No sé si las elecciones se puedan calificar como buenos resultados para el país, esperemos que las gestiones de los candidatos hablen por ellos, pues la crisis del liderazgo también nos lo debe la clase política tradicional. Por ahora el único ejercicio que debería hacer el gobierno es dejar de hacer lo mismo esperando resultados diferentes, el país le habló en estas elecciones y es hora de gobernar para todos.