Seguridad y la inversión

Dentro de los muchos factores que los inversionistas tienen en cuenta a la hora de tomar decisiones pasa de la mano de la seguridad. Este concepto se simplifica en dos variantes, la primera seguridad jurídica que trata de la idea de la estabilidad regulatoria de un país, muy relacionado con la estabilidad política.

En segundo plano, no menos importante y del que quiero tratar en esta columna: la seguridad propiamente dicha en la que se pueden afectar muchos derechos, entre ellos la vida. Pero más allá de definiciones que no vienen al caso, estoy convencido que una gran mayoría de colombianos estamos de acuerdo de potencial turístico del país y de que existen buenas oportunidades para el desarrollo de infraestructura turística de cara a que el país reciba una buena fuente de ingresos por este rubro.

Creo que la primera tarea tiene que ver con valorarnos como país, dejar de compararnos y de hacer pequeño lo nuestro, empezando por la gastronomía. La seguridad en muchos de nosotros es perceptible o imperceptible dependiendo del lugar geográfico en el que cada uno se encuentre ubicado, incluso en una misma cuidad, la percepción cambia dependiendo de tan solo cuadras de diferencia.

Colombia es un país tradicionalmente inseguro, que ha tenido niveles buenos, aceptables y malos, también es una afirmación comprobable. El problema de seguridad le ha explotado hoy en las manos a los alcaldes, gobernadores y al presidente, pero es claramente una desatención que al menos viene desde hace unos diez años que nos pone hoy en la situación en la que estamos.

Es inviable la inversión en un país que no puede dar garantía de seguridad a capitales que tienen la intención de ingresar a Colombia, pero ven con mucha preocupación que al parecer la seguridad se está deteriorando y la apuesta ha sido a un mediano o largo plazo con la paz total, tal vez no atendiendo algunos asuntos que del presente requieren poner la lupa.

La responsabilidad como siempre lo digo no es de una sola persona, institución o empresa. El juego en Colombia es de todos y para todos. Mandatarios locales y departamentales tienen a su disposición la dirección de la fuerza de policía y la posibilidad de coordinar esfuerzos conjuntos con diferentes instituciones para lograr dar golpes tácticos y contundentes a estructuras delincuenciales que permitan la desarticulación de pequeños carteles.

Muchos los he visto recorriendo el camino fácil de señalar solo a un responsable, pero más allá de estar de acuerdo o no con esa postura, lo cierto es que la colaboración entre las diferentes entidades de gobierno será el mecanismo que permita garantizar para los colombianos algo tan esencial como la seguridad y para los inversionistas la tranquilidad que se están tomando las medidas necesarias para otorgar la certeza de que el país merece la oportunidad de inversión.

Con el potencial agroindustrial y el turístico marchando correctamente, otro sería el panorama. Ambos hoy tienen una dependencia en la seguridad como elemento común para que las inversiones lleguen, otras no se vayan y algunas se expandan. Así que como siempre, la invitación es responder bien las preguntas correctas.