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Definitivamente, Germán Bahamón recibió un gremio dividido, una crisis en el Fondo Nacional del Café por las pérdidas que ocasionó la falta de entrega de café a futuro -gracias a la falta en la dirección del programa-, así como la disminución de la producción, el inicio del ciclo de bajos precios, la profunda crisis de Expocafé y la que se presenta en Almacafé.
En una reciente columna que escribió Aurelio Suárez en la revista Semana sobre la crisis de manejo de Almacafé, denuncia tanto a su junta como al gerente de ser los responsables de la compra de un cargamento de café a un comercializador privado, “bautizado” con café robusta importado, de inferior calidad.
Lo grave es que Almacafé, operador logístico que compra café, a nombre del Fondo Nacional del Café, es la entidad que ejecuta la garantía de compra de última instancia a los cafeteros colombianos. Por lo tanto, es inadmisible que adquiera café a comerciantes privados, cuando solo debe hacerlo a las cooperativas y a los productores, razón de ser del instrumento.
Además, el asunto se agrava si tenemos en cuenta que esta entidad, de propiedad de la Federación es la responsable de vigilar y certificar la calidad del café que exportamos. En consecuencia, es inadmisible y sospechoso que adquiera un café mezclado con robusta importado, situación que amerita una exhaustiva investigación, al mismo tiempo que da la razón a mi sospecha sobre la cantidad de café que se exporta, bautizado de colombiano.
El gerente Bahamón de forma eficiente y rápida anunció medidas estrictas -incluida la de la salida del gerente-, pero es la oportunidad para determinar si la responsabilidad es de la Junta como administradora o del área comercial de la Federación. Se comenta que, para evitarle pérdidas al Fondo del Café, la empresa Almacafé, con sus recursos privados, se hará responsable del problema.
El momento es ideal para replantear el papel de Almacafé, una entidad con multimillonarias inversiones en bodegas, que fueron útiles hasta hace 34 años cuando en la vigencia del pacto cafetero se retenía el grano; pero hoy se encuentran prácticamente sin un grano.
La liberación del mercado de exportación ha llevado a que los exportadores privados jueguen un importante papel, que beneficia a los cafeteros, compitiendo en el mercado con un precio superior al de la garantía de compra, adquiriendo en la actualidad hasta 85% del café.
Por esta razón, resulta inadmisible la afirmación del actual presidente del Comité Directivo, Eugenio Vélez, en un foro reciente sobre la fórmula oficial que se aplica para comprar café. Vélez dijo que “la mayoría de las cooperativas del país y los particulares no la adoptaron, concluyendo que es tan complejo para los particulares y para los demás, que es más fácil engañar al productor o enredarlo, no, digamos engañarlo”, tratando de producir un innecesario enfrentamiento con los exportadores privados y muchas cooperativas, que habla muy mal del vocero de Caldas en el Comité Nacional.
Los cafeteros son más inteligentes de lo que sus dirigentes piensan y si le venden un porcentaje tan alto de su cosecha a los compradores privados es porque obtienen un mejor ingreso, no porque no entienden las fórmulas. Habrá que ver cómo resulta el ajuste al factor de rendimiento del precio de publicación.