¡Difícil decisión!

Elegir el gerente de la Federación de Cafeteros es, posiblemente en esta oportunidad, la más difícil decisión; por la forma en la que salió el Gerente, por la incertidumbre de los cafeteros sobre lo que piensa el Gobierno, y por el absurdo reglamento que, sin filtro de significación, indujo a 45 ciudadanos a radicar su hoja de vida.

Se desestimó la capacidad de los comités departamentales para postular candidatos, teniendo en cuenta la representación obtenida en las últimas elecciones cafeteras, cuando votaron 184.365 productores, para elegir 4.644 miembros de comités municipales y departamentales, absoluta legitimidad democrática.

Debemos recordar que los más eminentes hombres de estado han ocupado la gerencia. Por Cundinamarca, en los inicios Alfredo Cortázar, Enrique de Narváez y Camilo Sáenz. El primer antioqueño fue Mariano Ospina Pérez en 1930 -líder del partido conservador y quien llegaría a la Presidencia de la República en 1946-, orientó a los cafeteros, empeñado en consolidar a la Federación como la institución eje de la economía nacional.

El otro antioqueño fue Alejandro López, un ingeniero y economista, que se reunía en Europa con los mejores economistas del mundo; fue uno de los más brillantes colombianos, orientador de la doctrina económica del Partido Liberal, quien consideró que siendo gerente de la Federación podía hacer su mayor aporte al país.

Lo sucedió el caldense Manuel Mejía Jaramillo, con una trayectoria como banquero, cafetero y exportador de café, un gran amigo de López Pumarejo; se convirtió en Mr. Coffee, por su sapiencia y visión del mercado internacional, murió siendo embajador en Brasil y gerente de la Federación.

Arturo Gómez Jaramillo, -también destacado caldense- lo reemplazó; llevaba catorce años como director del comité departamental, luego en la oficina central y representante en Europa. Su liderazgo mundial lo convirtió en el artífice y sostén fundamental del acuerdo mundial del café, base del pacto, fuente de prosperidad de Colombia en el periodo 1960-90.

Don Jorge Cárdenas acompañó a Don Arturo desde 1963, consolidándose como un hombre de Estado, con la mayor influencia en la determinación de políticas públicas en Colombia, fue gerente por dos décadas.

En 2002 fue Gabriel Silva quien emprendió la adaptación de la institución -y de los caficultores- al mundo abierto del mercado libre; conocía a profundidad los asuntos cafeteros, como quiera que asistió desde el gobierno al gremio en los momentos más difíciles, en su calidad de asesor internacional de los gobiernos de Virgilio Barco y César Gaviria, y de embajador en Washington; participó activamente de la Comisión del Libro Verde, un grupo de expertos en el tema, que diseñó la guía para las decisiones que implementó durante su administración.

Todos estos nombramientos fueron de común acuerdo, entre el gobierno y el gremio. Sólo en los últimos tiempos se ha generado gran competencia y controversia; las gerencias de Luis Genaro Muñoz y Roberto Vélez, resultaron de menor trascendencia. Me abstengo de presentar análisis puesto que participé en dichos procesos.

Difícil decisión, se debe nombrar un hombre de estado para liderar, lo que se denomina el “Capital Social y estratégico del campo”, una elección que requiere mayor concertación y seriedad.