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Insisto siempre en el mecanismo de venta de café para entrega futura, porque le permite al productor aprovechar los mejores precios del café en el mercado internacional, -cuando esté en un punto alto- sin arriesgar toda su cosecha. Es una oportunidad que, si se hace bien por parte de las autoridades cafeteras, no termina costándole nada al Fondo Nacional Café, es la alternativa para mantener en un buen nivel el ingreso cafetero, aprovechando los mecanismos de un mercado que siempre presenta una alta volatilidad en el precio.
En días pasados señalaba que, si llovía en Brasil y la Unión Europea aplazaba la entrada en vigor del Pacto Verde, se produciría una disminución del precio internacional, como efectivamente viene sucediendo.
Desafortunadamente, la actual administración recibió un problema de enorme magnitud, por incumplimientos en las entregas de café, motivadas por el aumento del precio y, la falta de mecanismos jurídicos que se tenían que haber diseñado para hacer exigible el contrato. Sin embargo, el problema que según información pública alcanzó los 55 millones de kilos aun persiste, con más de 30 millones de kilos.
Se afirma coloquialmente que, después de seis meses a una nueva administración no le sirve de nada el espejo retrovisor; por lo que toca arreglar el problema para salvar el instrumento, por el bien de los productores. El gobierno debe entender que las cooperativas causantes de buena parte del problema no son víctimas; fueron algunos gerentes especuladores que actuaron como en un casino, con plata ajena y deben aceptar que “las deudas de juego son sagradas”.
El exceso de confianza depositada por la Federación en ellos, no les da licencia para aprovechar la circunstancia política y montar una operación de salvamento desprestigiándola, buscando recursos del gobierno que en ninguna circunstancia pueden ser públicos.
Se comenta que la Federación está motivando la entrega del café que aún le deben, aprovechando la buena cosecha, y la posibilidad de mezclar el precio de el futuro con el actual, con un incentivo de hasta $600.000 por carga, para quien entregue 100%, buscando cerrar las posiciones de bolsa y generar las menores pérdidas posibles. Pero una pésima señal, es un incentivo menor para el que resuelva entregar sólo una parte; sería un aliciente perverso.
Solo se benefician las cooperativas y a cerca de 6.000 productores, principalmente medianos y grandes. No olvidemos que 97% de los cafeteros poseen menos de cinco hectáreas, con 76% del área y 78% de la producción; y el objeto de ayudar a la mayoría es la razón de ser de la Federación de Cafeteros.
Hoy en día existe un colchón para ayudar al manejo del problema y es que el diferencial del precio del café colombiano con relación al precio de bolsa -que también se denomina prima y obedece principalmente a la escasez-; en el 2019, cuando se firmaron los contratos éste estaba en US$0,35 y hoy está en US$0,15, que ayuda a solventar la liquidación de la operación.
De todas maneras, es fundamental saldar ya mismo el problema generado en 2019, saber cuáles son las pérdidas, para iniciar un nuevo programa, ahora sí bien estructurado, no vaya a ser que se descuelgue el precio y nos demos golpes de pecho por no haber tomado medidas.
