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Arreglar procesos y estructura del Gobierno es necesario para volver realidad los propósitos del país. La Constitución ha establecido el régimen presidencial; es importante conocer las propuestas de los aspirantes al solio de Bolívar en esta materia para que los votantes puedan escoger entre distintas opciones en 2026.
No basta enunciar objetivos y estrategias: se requiere especificar procedimientos para trabajo de equipo, y formatos para sesiones de gabinete semanales mensuales y trimestrales. Se debe precisar cómo será ese equipo, hoy conformado por el vicepresidente, 19 ministros y 6 directores de departamento, secretarios general, jurídico y privado, y jefe de gabinete, lo que suma 30 personas. Además, hay más de 10 altos consejeros, obstáculos frecuentes a la labor de los ministros. En contraste, las reglas de gestión derivadas de la experiencia recomiendan que los equipos primarios no tengan más de 12 personas, para facilitar la coordinación eficaz de tareas y el trabajo en equipo de dos o más de ellas.
La integración de las tareas de planificación y control es muy importante; se debe apoyar la ordenada asignación de recursos limitados con criterios ordenados, asegurar el acertado registro de las transacciones, proveer información sobre desempeño y verificar la atención a objetivos y restricciones. El control externo debe ser complemento del interno, que hoy no existe, y debe hacerlo el legislador a través de una auditoría independiente.
Los procesos deben atender con eficacia las tareas: ofrecer seguridad, apoyar la elaboración de normas y la provisión de justicia, impulsar la educación, la ciencia, la cultura y la recreación, atender necesidades de servicios de salud con el apoyo de la capacidad empresarial de actores privados en todo el proceso, renovar y ampliar la infraestructura para asegurar servicios públicos e impulsar la competitividad, apoyar las actividades económicas mediante la asignación eficiente de recursos, establecer y mantener relaciones internacionales con acierto. Para cada proceso relevante se requiere especificar personas a vincular y su perfil, cronogramas, resultados esperados e indicadores de gestión, responsables y modus operandi. La organización se debe construir en función de los procesos, y los procesos en función de estrategias reflejadas en planes.
De especial importancia es el ordenamiento de las relaciones entre lo local, lo regional y lo nacional. La articulación debe ser coherente, con apoyo en los sistemas de planificación, información y control del gobierno central, pero con decisiones cerca del espacio en que ocurren las actividades.
La Carta permite establecer regiones, y los aspirantes deberían evaluar esta posibilidad: reconocer que los departamentos son instancia inadecuada conlleva riesgo electoral, pero deben prevalecer los principios y la confianza en la verdad. Quienes son hoy parte del problema pueden ser parte de la solución.
También caben diferencias sobre cómo vincular el sector privado a los procesos públicos. Las propuestas deben ser claras.
El Estado requiere objetivos y estrategias claros, acertado diseño de procesos y estructura, y eficacia en planeación y control. Hay que salvar obstáculos de toda índole en defensa del interés general. Las complejas circunstancias de Colombia exigen que los aspirantes sometan propuestas precisas a consideración del país.