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La decisión presidencial de no hacer nuevos contratos de exploración y producción de hidrocarburos acogida por la junta actual de Ecopetrol tiene consecuencias nocivas. La más obvia es la destrucción de valor para la Nación y los accionistas minoritarios de la empresa: las perspectivas de precio del crudo en el largo plazo son a la baja, pues esa fuente perderá participación en el total de recursos energéticos. Cabe recordar que los crudos colombianos son de costo marginal alto y son pesados, por lo cual perderán valor con más oferta. De otra parte, Arabia Saudita puede atender las necesidades del mundo entero por tres décadas con costo marginal no superior a los US$12 por barril; el precio hoy es alto porque existe la Organización de Países Exportadores, en cuyo seno se convienen precios y cantidades, y por conflictos bélicos. Hay hallazgos de gran importancia incluso en Sudamérica, en Surinam y Brasil.
La participación del comercio internacional en el ingreso nacional es modesta, no más de un tercio del PIB; debería ser al menos la mitad si se consideran la población y el nivel de ingreso por habitante. El precio del café en los mercados internacionales fue muy importante entre finales del siglo 19 y comienzos del siglo 21 para la liquidez internacional del país, hasta que se tomaron importantes decisiones durante la primera administración de A. Uribe en materia de petróleos, al separar la tarea de adjudicar yacimientos para exploración y producción, por un lado, en cabeza de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, y la gestión de Ecopetrol por el otro. El crudo se convirtió en el primer producto de exportación e impulsó el crecimiento de la economía hasta la caída de precios de finales de 2014. Aún hoy es más de 40% pero, como el café, tiene precio volátil, lo cual hace inestable la tasa de cambio del peso, con efectos nocivos para el sector productivo: los precios altos generan ingresos extraordinarios, pero socavan la competitividad de las cadenas agrícolas e industriales, si no se administra el asunto, mediante el ahorro de recursos fuera de la economía durante una fase de diversificación de la canasta exportadora. El mayor abanico de productos trae más ingreso, más empleo y aumento de la remuneración al trabajo. La estabilidad cambiaria miediante uso acertado de recursos fiscales sería transitoria: entre más rápido se reduzca la participación de productos primarios en las exportaciones, menor será el esfuerzo requerido para estabilizar la tasa de cambio.
Además, será necesario importar gas natural. El gobierno ha expresado intención de que provenga de la recuperación de gas asociado al petróleo en refinerías que hoy no operan en forma satisfactoria en Venezuela, con la tesis de que así son otros quienes perturban el equilibrio ambiental, como si el impacto no fuera consecuencia del consumo sino de la producción, y recita ideas poco realistas sobre el papel del país en el sistema vital mundial. Existe, pues, riesgo de desabastecimiento de gas, lo cual perturbaría la vida cotidiana de los colombianos. El gobierno no tiene interés en atender críticas a políticas de fundamento ideológico, ni muestra deseo de hacer buena gestión en Ecopetrol. Así las cosas, se perderá la oportunidad de hacer del petróleo el apoyo a estrategias de largo plazo para logra verdadera prosperidad.