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A nivel global la manufactura ha perdido poder de atracción como empleador ante las nuevas generaciones mientras otros sectores como los servicios y las tecnologías de la información han ganado progresivamente la preferencia de los trabajadores. Evidencia de ello es la menor participación de compañías del sector de manufactura en los ranking de los mejores lugares para trabajar, escalafón realizado en diversos países del mundo por el Instituto Great Place To Work: en el caso colombiano, en 2005, 45% de las compañías en el top de preferencia de los trabajadores pertenecían al sector de manufactura, y esta cifra se ha reducido paulatinamente en el tiempo, ya para 2015 decreció a 33%, y más recientemente, en 2022 cayó a menos de 15%.
¿Pero qué ha sucedido para que se presente este fenómeno? (i) Fábricas más lejanas: a medida que las ciudades se densifican las grandes industrias se están alejando de los centros urbanos, incrementándose el costo y el tiempo de movilización de los trabajadores; (ii) Virtualización y globalización del trabajo: Las oportunidades laborales relacionadas con las tecnologías de la información se han multiplicado, virtualizado y globalizado, permitiendo que las personas puedan trabajar desde donde quieran para prácticamente cualquier compañía en el mundo, aunado a la hoy prácticamente imposibilidad del trabajo remoto para los roles que se desarrollan en el piso de las fábricas; (iii) Percepción de trabajo pesado: aún persisten paradigmas acerca de la alta exigencia física de las labores en las operaciones de piso de planta; y, (iv) El mundo digital es aspiracional: las grandes tecnológicas han revolucionado las prácticas laborales y para muchos se han convertido en el lugar soñado para trabajar.
Hacia el futuro hay que prepararse para la escasez de talento en las fábricas y es necesario tener en consideración varias estrategias de mitigación: (i) Preparar al recurso humano en las áreas cercanas a las fábricas: patrocinando estudiantes e instituciones educativas en desarrollar el conocimiento de los oficios del mundo industrial y su integración con lo digital; (ii) Digitalización del trabajador de piso: la digitalización de las rutinas y flujos de trabajo por medio de apps digitales son clave para aumentar la productividad laboral, empoderar a los trabajadores y reducir las capas de supervisión, y no menos importante, brindar una experiencia digital al trabajador; (iii) Protección del trabajador: Es clave integrar tecnologías de industria 4.0 que permitan proteger a los trabajadores de condiciones riesgosas, por ejemplo los dispositivos vestibles -wearables- proveen monitoreo en tiempo real de condiciones subestándar en las operaciones, tales como sobreesfuerzo físico, presencia de sustancias nocivas, monitoreo permanente ante caídas, entre otros; (iv) Automatización: se debe priorizar la automatización de las labores aburridas, difíciles, peligrosas, o sucias; y, (v) Más marketing: En las áreas de influencia de las fábricas hay que fortalecer la marca empleadora, haciéndola “aspiracional” y compartiendo los beneficios tangibles de pertenecer al sector de la manufactura.
¿Estás en la ruta de convertir tu industria en el lugar soñado para trabajar?