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La interacción entre el potencial humano y la tecnología inteligente ha alcanzado niveles sin precedentes, redefiniendo la forma en que afrontamos desafíos y alcanzamos nuestros objetivos. Un claro ejemplo de esta simbiosis se manifiesta en plataformas como Waze o Google Maps, donde la combinación de la intuición humana y la inteligencia artificial facilita la toma de decisiones para optimizar nuestros viajes.
A menudo nos encontramos con personas que desestiman el valor del avance tecnológico de estas plataformas y, con ello, ignoran una herramienta invaluable que complementa su propio juicio y conocimiento. Las empresas también pueden incurrir en errores al tomar decisiones sin considerar el respaldo de tecnologías que facilitan la toma de decisiones.
La falta de adopción tecnológica puede resultar en problemas significativos, ya que limita la capacidad de las organizaciones y de las personas para alcanzar sus objetivos de manera eficiente. Afortunadamente, el modelo de Aceptación de Tecnología (TAM), propuesto por el profesor e investigador Fred Davis en 1986, ofrece una solución al incentivar el uso de tecnologías mediante la evaluación de dos aspectos psicológicos fundamentales: la facilidad y la utilidad percibida.
Hoy en día, el uso de tecnología inteligente, como la inteligencia artificial (IA), se ha vuelto cada vez más accesible con uso de lenguaje natural (fácil) y relevante por sus impactos organizacionales (útil). La IA, cuando se gestiona a través del lenguaje natural, se convierte en una herramienta de uso intuitivo, ya sea a través de la voz o la escritura. Además, su utilidad se manifiesta en su capacidad para predecir y visualizar escenarios futuros, lo que facilita la toma de decisiones basadas en probabilidades del futuro.
Estamos en un momento crucial, en el que la IA crece exponencialmente (estamos en la punta del iceberg) y en este punto las posibilidades son infinitas, desde transformar la comunicación hasta optimizar modelos empresariales. Herramientas como los chatbots basados en IA están cambiando la forma en que nos comunicamos, mientras que los sistemas de machine learning empresarial están revolucionando la gestión de inventarios al prever la demanda futura y evitar desperdicios.
A pesar de los beneficios, persisten mitos y temores en torno al uso de la inteligencia artificial, incluida la preocupación por el impacto en el empleo o el reemplazo de la inteligencia humana. Sin embargo, la historia ha demostrado que la tecnología, en lugar de reemplazar, tiende a mejorar y complementar las capacidades humanas. La inteligencia artificial está diseñada para potenciar la inteligencia humana, no para reemplazarla.
Ser ingenuo es un obstáculo en el camino hacia el progreso empresarial y personal. Al aprovechar el poder evolutivo de la inteligencia artificial, las organizaciones pueden transformarse para crear valor a través de los datos y tomar decisiones más informadas y eficientes. La colaboración entre la mente humana y la tecnología inteligente es el camino hacia un futuro más prometedor y optimizado. Esto es lo que el MIT conoce como procesos de tercera generación o Cobots.
PD: Este artículo fue escrito por un ser humano pero mejorado con el poder de manejo del lenguaje natural de Google Bard, complementado por ChatGPT, optimizado con LuzIA y nuevamente editado por el ser humano.