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Son el comercio y la cooperación los que permitirán no solo el desarrollo de una vacuna o medicamento para vencer el covid-19. También, el reestablecimiento de la producción y las cadenas de suministros para la reactivación de la economía mundial.
Desde la Gran Depresión hasta la última crisis financiera de 2008 se ha visto que la primera reacción de los países ante estas coyunturas es proponer medidas proteccionistas que restrinjan el comercio internacional, con el argumento de proteger la industria nacional y generar economías “más autónomas”.
La crisis actual no es la excepción. Ya son múltiples las voces que promulgan que la salida de esta debe partir de la reducción de los intercambios comerciales y de la promoción de la industria nacional. No obstante, la misma historia ha mostrado cómo esta política, “fácil” de implementar, lógica y “bien recibida” por todos los sectores de la sociedad, resulta ser poco efectiva y costosa en términos del bienestar económico.
La primera reacción de varios países ante la presencia del covid-19 fue restringir las exportaciones de insumos médicos y de protección personal. 80 países, incluido Colombia, han prohibido o restringido la exportación de este tipo de material en lo que va corrido del año (WTO).
Igualmente, se eliminaron de manera temporal aranceles sobre la importación de este tipo de productos, los cuales estaban activos antes de la pandemia y volverán a regir pasada la crisis. En el caso de Colombia, se suspendió un arancel promedio para las medicinas de 5,7% y para los artículos de protección personal de 10,8% (WTO).
Lo anterior es una clara muestra de las fricciones impuestas sobre el comercio internacional tras la aparición de la crisis, las cuales parecen lógicas pero no benefician en el agregado a ningún país. La asimetría de la política comercial para insumos médicos y de protección personal (yo no exporto, pero permito importar -o que tú me exportes-) parte del supuesto de que los demás países no van a realizar ningún cambio en su política comercial, lo cual es falso como acabamos de ver.
En el mismo sentido, la prohibición de exportación de insumos médicos y de protección personal tampoco aporta a la solución del problema global. Esta restricción, si bien garantiza la oferta de estos productos en el mercado en que son producidos, limita su demanda, afectando sus precios y eliminando los incentivos para incrementar su producción.
En el agregado, el efecto de este tipo de políticas es mucho peor que el problema que buscan solucionar. Lo que se tiene es el desabastecimiento de muchos insumos y productos que impiden la producción de bienes finales en los mercados locales o un desincentivo a la producción de este tipo de bienes en los mercados en que se producen.
El desabastecimiento de productos médicos y de protección personal que puede generarse al realizar políticas comerciales equívocas como reacción a la crisis es un ejemplo de algunos efectos que podrían tener las políticas económicas proteccionistas sobre diferentes sectores de la producción nacional en caso de ser implementadas.
Más que restricciones y trabas al comercio internacional, las economías necesitan cooperación y trabajo mancomunado para salir de la crisis actual y recuperarse de los estragos que pueda dejar esta en los diferentes países.