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Analistas 26/02/2019

¿ProColombia o nosotros?

Ignacio-Iglesias

Y cuando me refiero a nosotros, pongo en la ecuación a las agencias de publicidad, digitales, de medios…

En estos días ha habido una cierta controversia por una licitación que ha sido convocada por ProColombia, donde una vez más, en los pliegos de la misma había una serie de desvaríos, desatinos y peticiones exageradas que ha puesto de nuevo sobre la palestra si “todo vale” en un proceso licitatorio. A esto se añade la aparente contradicción entre el apoyo a la “economía naranja” defendida a capa y espada por el Presidente y lo que a su vez hacen entidades públicas al respecto. Sin embargo, a mí no me sorprende en absoluto este doble discurso. Una cosa es lo que se dice en los titulares de prensa y otra la realidad y eso que personalmente creo que Iván Duque tiene bien interiorizado y construido el discurso. Otra cosa es la “bajada” del mismo a sus colaboradores, entre ellos ProColombia.

Sin embargo, dicho lo anterior y sin defender en absoluto lo absurdo de las condiciones y peticiones del licitador, de éste y de otros muchos públicos y privados, creo que una gran parte de la culpa de la situación que está viviendo nuestro negocio la tenemos nosotros. Si, nosotros; las agencias porque somos un gremio absolutamente desarticulado. Una cosa es lo que decimos cuando nos juntamos y otro lo que realmente hacemos y una vez más se ha puesto de manifiesto en este concurso. La gran parte ha mostrado su indignación y algunos han manifestado explícitamente que no iban a participar, pero otros han esgrimido razones de uno u otro tipo para no ser tan claros al respecto y es muy respetable, pero si es así, no nos quejemos. Sirva como comentario que la agencia que represento tenía muy claro desde que leyó los pliegos que no merecía la pena gastar ni un gramo de energía en este proyecto.

Esta sensación de gremio que se queja pero que hace poco, la tengo desde hace tiempo. Sin embargo, he esperado casi cinco años que llevo en este mercado para poner por escrito lo que pienso, aunque eso me genere críticas, o no, entre mis colegas a los que respeto. Para ser sinceros, la única vez que he visto realmente alineados a todos ha sido cuando se tomó la iniciativa de organizar de manera unilateral en Congreso de Publicidad que anualmente se celebra en Cartagena. Ahí si actuamos como gremio y se vieron los resultados. En el resto de situaciones, poco o nada pese al gran número de reuniones, escritos, circulares…, que se mueven entre nosotros. En temas trascendentes no veo esa unidad y un plan de acción claro

Y pasa poco o nada, porque una cosa es el sentir que quizás todos compartimos y otro muy diferente es lo que nos acontece en el día a día; ¿estamos dispuestos a renunciar a una cuenta que manejamos si en la renovación imponen condiciones aberrantes? ¿estamos dispuestos a ganar cuota de mercado a cualquier precio, sabiendo que luego va a ser imposible cumplir con nuestro cliente? ¿estamos dispuestos a presionar sin límite a medios/proveedores a que nos den unas condiciones de precios exageradas para poder cumplir con lo comprometido con el equipo de compras del cliente? Seamos honestos con lo que contestamos. No nos engañemos ni nos rasguemos las vestiduras por el comportamiento de ciertos clientes, públicos o privados. La culpa de estar como estamos es nuestra como gremio, porque fundamentalmente, no somos ningún gremio. Somos la suma de varias agencias con intereses muy diferente y que pretendemos sobrevivir a costa del vecino y no buscamos cambiar las condiciones del mercado y las reglas de juego del mismo. Y seguro que algún “legalista” dirá que eso no se puede hacer porque podríamos caer en ser tachados como “cartel”, palabra tan de moda en Colombia en los últimos años. Difiero absolutamente. No hay cartelización porque no hay una única propuesta ni de valor ni de servicio. Lo que debemos definir es si estamos dispuestos a jugar este partido de fútbol con las reglas del fútbol o con las que marcan algunos clientes, que ya no son las del fútbol. Es otro deporte, con reglas desequilibradas. Pero ojo, las reglas del fútbol las cumplimos todos. No a conveniencia. ¿Estamos dispuestos?

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