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Analistas 11/05/2024

¿Fue un error la actual Ley Eléctrica colombiana?

Isaac Dyner
U. Jorge Tadeo Lozano - Presidente Asociación Latinoamericana de Economía de la Energía
ISAAC-DYNER

No creo que haya sido un error la ley 143 de 1994 que está próxima a celebrar 30 años de existencia. Fue, según David Newberry, importante académico inglés, “copia carbón” de la implementada cuatro años antes en Gran Bretaña, ahora atravesando su cuarta gran reforma. La tercera de ellas, “La Reforma del Mercado Eléctrico” (EMR en Ingles), fue implementada en 2013 - después de tres años de estudio cuidadoso, fundamentó una nueva transición energética.

En 10 años, ella ha permitido importantes avances en diseño de ese mercado, introduciendo “contratos por diferencia” para promover las renovables y “cargo por confiabilidad” buscando seguridad en suministro eléctrico. Se instalaron 43 GW de renovables (33% del total) y se buscó la salida de plantas a carbón a expensas de aquellas a gas - este año cierra la última carboeléctrica (ellas representaban 80% del total en 1990).

Desde 2022 se elabora una nueva reforma, “Revisión de los Arreglos del Mercado” (Rema en inglés). Esta, con miras a 2050, se encuentra en su segunda etapa de consulta y deberá ponerse en marcha en 2025. Ella plantea una transición rápida, ordenada, segura y limpia; además, buscando ahorrarle billones de libras esterlinas al sistema eléctrico. En su tramo inicial, hasta 2035, eliminaría el total de las plantas a gas, que hoy representan 36% del total de generación, quedando una matriz eléctrica libre de emisiones de CO2. Se resalta su “enfoque integrado que abarque todo el sistema”.

Esto muestra compromiso y organización. Avance, revisiones y ajustes. ¿Debemos, entonces, reproducir otra copia carbón de lo que realiza el Reino Unido? Por supuesto que no, ellos son muy diferentes y tienen retos complicados. No obstante, deja lecciones que, como sociedad, podemos aprender, ser autocríticos, evolucionar y ajustar. Además, construir colectivamente, pero con fundamento y direccionamiento de Estado.

La Ley 1715 de 2013, nuestra primera buena intención para facilitar la transición energética, fue seguida por la Ley 2099 de 2021 que no corrigió la inefectividad de los incentivos de la primera. De acuerdo con XM, contamos con unos 0,5 GW de renovables (3% del total de la capacidad), incluso haciendo otras cuentas, la cifra puede ascender a unos 1,5GW (7,5% del total). Las subastas efectuadas para promover energías limpias, tanto las de doble punta (obligando a concurrir oferta y demanda) como las de cargo por confiabilidad que incluyan renovables, al igual que las deducciones tributarias, todas mostraron problemas complicados. Los incentivos, deben perseguir metas, darse de forma directa y por el total de la energía para así abastecer con efectividad al mercado, de lo contrario, estos se tornan costosos e ineficientes. Además, es “obligación del Gobierno” acompañar a los agentes y a las comunidades, no es función de las empresas suplir las carencias del Estado.

Se requiere del apoyo de grupos de investigación y tanques de pensamiento, así como de especialistas independientes. Es absolutamente necesario la confrontación de ideas y “obligar” la verdadera internacionalización del debate. Esto no es tan difícil. No dará resultado seguir acudiendo a quienes no saben y no quieren aprender, o a quienes copian sin entender. Aprendamos de otros las buenas prácticas. En este sentido, algunas reflexiones de la Secretaría de Seguridad Energética y Cero Emisiones Netas del Reino Unido en relación con Rema: “Después de un período disruptivo y de cambios sin precedentes, el sector energético del Reino Unido ahora está preparado para aprovechar las oportunidades de la transición energética” “A medida que el sistema evoluciona a nuestro alrededor, “no hacer nada” no es una opción: los arreglos existentes se volverán más difíciles de operar y bloquearán un camino de alto costo hacia la transición”. “Los acuerdos de mercado eficaces … son clave para ofrecer un sistema de bajo costo… para los consumidores”. “Nuestro análisis sugiere que reformar nuestros mercados eléctricos podría reducir los costos generales del sistema en £35.000 millones entre 2030 y 2050, y potencialmente incluso más”.

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