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En columna reciente, el muchas veces exministro, Mauricio Cárdenas, nos recomienda a las universidades que sigamos el ejemplo de la prestigiosa Columbia University, a propósito de la celebración de los 10 años desde la creación de su instituto de energía. El plantea que debemos preocuparnos tanto por influir en la política pública, como por impartir educación, formar profesionales y realizar investigación.
Todo esto ha sido la intención de nuestro quehacer por décadas, partiendo desde 1988 con el estudio energético de Antioquia y, posteriormente, con la creación de un instituto de energía hace unos 25 años, pero de corta vida por falta de apoyo gubernamental. A partir del 2000, con mucho entusiasmo, creamos programas de especialización, maestría y doctorado en temas de energía y uno de ellos, el Doctorado en Política y Gestión Pública, en la Tadeo, que posibilita doble titulación con la Universidad de Palermo, Italia. En conjunto contamos con cientos de graduados de estos. Mucho de todo lo anterior en la Tadeo, la Nacional, la Javeriana, EIA, solo por enumerar algunas.
Contamos con convenios y hacemos investigaciones conjuntas con Penn State, UCL-Londres, Imperial College Londres y la Universidad Técnica de Berlín, entre muchas otras. Publicamos desde hace tres décadas centenares de artículos en revistas internacionales de alto impacto y presentamos resultados de nuestras investigaciones en multiplicidad de conferencias internacionales, y nacionales también. Igualmente, acudimos a los medios impresos colombianos buscando ese impacto sobre la política pública.
Asesoramos a la Gobernación de Antioquia, DNP, la Upme e Ipse, y, también, a muchas de las más importantes empresas colombianas en temas de mercados y de transición energética. También a instituciones y empresas en Latinoamérica y mundiales.
Nuestro pensamiento ha estado presente en las transformaciones de los sectores de energía de los últimos 35 años. Nos tildaban de neoliberales cuando creamos la primera especialización en mercados energéticos del país en la Universidad Nacional de Colombia, Medellín. Por allí han pasado cientos de jóvenes estudiantes, muchos de ellos funcionarios del sector energético.
A ingenieros y no ingenieros les explicamos la racionalidad de los mercados y lo que se podría esperar de ellos: asuntos como competencia, innovación, la participación del consumidor, precios competitivos y bienestar a través de una regulación acertada, así como regular los monopolios de transmisión y distribución. Todo esto, ilustrando las experiencias europeas y de California, igualmente explicando la privatización de Chile y Argentina, buscando siempre contrastarlos con el caso colombiano.
No obstante, poco logramos influir de manera directa en política y regulación de energía, de poderlo hacer estoy seguro de que en algo hubiésemos contribuido. Esto, a pesar de que, sin timideces, buscamos apoyarlos, y de que conocemos bastante bien el despacho del ministro.
El ejemplo para seguir que señala Cárdenas, de Estados Unidos, sería que los gobiernos colombianos, el actual y todos los demás, debieran continuar, no solo apoyando a los muy buenos grupos de investigación que existen en las universidades colombianas, sino además apoyándose en temas de política pública, y no únicamente acudiendo a sus consultores amigos. La inclusión, es importante mi querido Cárdenas, para que nunca se tenga que extremar las posturas de derecha e izquierda. Los gobiernos de cualquier índole deben ser mucho mas críticos y no dejar deteriorar tanto las instituciones, como las vemos hoy!
