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En los próximos años casi se triplicará el número de personas que accederán a la banca a través de dispositivos electrónicos, y esto está haciendo que la banca se transforme. Hacerlo o no, sugiere un escenario de vigencia o de desaparición.
A partir de la tecnología, las fintech están impulsando experiencias disruptivas en el ofrecimiento de soluciones, que pueden incorporarse a la banca. De acuerdo con Colombia Fintech, actualmente existen en el país 170 compañías que desarrollan soluciones financieras apalancadas desde la tecnología como Pay U, Mercado pago, Wikiplata, Zinobe, firmas que han “retado” a la banca en esa carrera de innovación.
Crear sinergias, incorporar nuevos modelos y experiencias puede hacer la diferencia en estos tiempos, en los que la fidelidad o lealtad del cliente están definidas por la oportunidad, por los tiempos y por la efectividad de la prestación de un servicio o producto.
Esa es justamente la concepción bajo la cual venimos trabajando en el Banco Colpatria como parte de una visión global que compartimos con nuestro socio internacional, Scotiabank, que tiene como centro el cliente, desde vivencias que aprovechan las experiencias digitales.
De esta manera y tomando en cuenta que entidades como la nuestra comienzan a trabajar bajo el concepto de ser una compañía líder de tecnología proveedora de servicios financieros, se han creado al interior de la entidad las fábricas digitales que permiten plantear, estructurar y poner en práctica productos, servicios y soluciones desde la tecnología, con el objetivo de mejorar la experiencia de los clientes a través de todos los canales.
Los bancos del futuro inmediato no serán como los actuales. Las oficinas ya no serán más los lugares físicos donde las personas irán a hacer transacciones, serán espacios para que las personas reciban asesoría calificada.
La transformación y la digitalización de la banca no son una moda, están alineadas con los cambios que vive nuestra sociedad en todo sentido, en la forma en la que nos relacionamos, en la que nos comunicamos, en la que demandamos nuevos servicios, en la que compramos.
Si la banca no innova, la industria bancaria tradicional vivirá la misma experiencia de paulatina desaparición o de necesaria transformación que afrontaron las convencionales industrias fotográfica y discográfica, o las que están atravesando actualmente la industria hotelera y de transporte.
Se estima que el año pasado, en Colombia se realizaron más de 5.500 millones de operaciones en el sistema financiero. Estadísticas de la Superintendencia Financiera muestran que 52% se hicieron por internet o mediante dispositivos móviles.
Esto pone de presente la imperiosa necesidad de la transformación digital. El mundo ya no es como era, la tecnología es cada vez más determinante. En cada industria, en cada empresa, institución, entidad, está la decisión y la posibilidad de adaptarse, para sacar el mejor provecho en beneficio de la elección y fidelidad de los clientes.