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ANALISTAS 26/06/2024

Desigualdad no es pobreza

Jair Viana
Libertank

Karol G, la artista de reguetón colombiana, cuenta con un patrimonio aproximado de US$25 millones, y tiene un bonito avión privado, por otra parte, Elon Musk, el dueño de Tesla, Space X, Neuralink, y Twitter (X), cuenta con un patrimonio aproximado de US$214,5 billones (con b de bastante).

Estaremos de acuerdo que entre Karol G y Elon Musk existe una desigualdad inmensa, mientras ella tiene un avión, Elon tiene naves espaciales, la desigualdad patrimonial es gigante; sin embargo, ¿Alguno de los dos es pobre? La repuesta: No. Porque desigualdad y pobreza no son lo mismo.

Vale, tal vez creas que es un ejemplo muy específico, vamos a algo más cercano. Imagina que tu vecino se compra una camioneta de $390 millones ¿Eso aumenta la desigualdad entre tu vecino y tú? Claro que sí, él tiene una camioneta nueva y tú no. ¿Pero que tu vecino tenga ese carro nuevo te hace a ti más pobre? Claro que no, porque pobreza y desigualdad no son lo mismo.

La desigualdad es un concepto matemático que establece un orden entre dos expresiones algebraicas utilizando símbolos como < (menor que), > (mayor que), ≤ (menor o igual) y ≥ (mayor o igual). Estos símbolos indican que las expresiones tienen valores diferentes y establecen una relación de orden entre ellas. En las ciencias sociales se le ha intentado dotar de significados más complejos, pero solo han logrado confundir al ciudadano.

La desigualdad es la diferencia entre un sujeto A y otro B, pero esa diferencia solo nos sirve para saber quién tiene más y quién tiene menos, no para saber quién es rico o quién es pobre. Ejemplo, en una sala habrá la persona que tenga más dinero y otra que tiene menos dinero, sin embargo, la que tiene más dinero, no necesariamente es rica, y la que tiene menos, no necesariamente es pobre.

Tratar a la desigualdad como sinónimo de pobreza, es un sinsentido lógico. Veámoslo con un simple ejemplo: A continuación te diré un completo sinsentido, si decimos: “Juan tiene problemas de visión porque no escucha bien”. Es evidente para todos que una cosa no tiene nada que ver con la otra. La visión y la audición son dos cosas completamente ajenas y diferentes, aunque estén en el mismo cuerpo.

Ahora, un ejemplo que va de lo mismo, pero con palabras que hemos leído y escuchado en múltiples discursos y periódicos: “Colombia es un país pobre porque es muy desigual”. ¿Ya no ves la incongruencia lógica tan fácilmente como en el anterior ejemplo? Esta frase y la anterior son exactamente lo mismo: una cosa no tiene que ver con la otra. Sin embargo, se ha repetido tanto esta mentira cognitiva, que ya son muchas las personas que la toman como una verdad axiomática. Pero, sigue siendo un sinsentido lógico: la pobreza y la desigualdad son tan diferentes como la visión lo es de la audición.

Este es el motivo por el cual las políticas públicas que buscan combatir la pobreza enfocándose en la reducción de la desigualdad a menudo fallan, porque atacan el problema equivocado. Es lo mismo que intentar mejorar la visión de Juan, usando un audífono sofisticado. Son esfuerzos e inversiones condenadas al fracaso. Lo que realmente se necesita para combatir la pobreza es aumentar las fuentes de riqueza y prosperidad. Esto se puede hacer con cargas fiscales más bajas, reglas de juego estables y una apertura económica real, pasar de un Estado interventor, a un Estado facilitador.

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