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Una de las más grandes mentiras de nuestros tiempos es que “existen cosas gratis”.
Para entender esto hay que hacer dos aclaraciones: 1) Tu dinero proviene principalmente del fruto de tu trabajo, y 2) El dinero del Estado proviene principalmente del fruto de tu trabajo (vía impuestos). Cada vez que un político quiere regalar cosas, en realidad lo que hace es tomar tu dinero vía impuestos, comprar cosas para alguien más y quedarse con todo el crédito. “Ganar indulgencias con padrenuestros ajenos”, dirían los abuelos.
Consideremos las tres formas de dar un regalo:
1. Con dinero propio a una persona que conoces: le regalas lo mejor que la haga feliz y que esté en tu presupuesto.
2. Con dinero ajeno a una persona que conoces: le regalas lo mejor que la haga feliz sin importar el precio -pues no lo pagas tú-.
3. Con dinero ajeno a alguien que no conoces: le regalas cualquier cosa -desconoces qué cosas la hacen feliz- sin importar el precio, pues ni es tu dinero, ni sabes quién lo va a recibir.
Cuando quieres regalarle algo a tu pareja u otro ser querido trabajas horas extras para ganar más o ahorras un par de meses para poder comprarlo; al final del día, el homenajeado disfrutará ese regalo sin pagar nada, pero tú asumiste el costo de dicho obsequio previamente. Cuando un político quiere regalar cosas gratis, tiene que tomar más de tu dinero; “gratis” para ellos significa: el que lo disfruta no paga por él, y el que lo paga no lo disfruta.
El dinero que gastan los políticos no es dinero de ellos, ignorando además las personas en las que gastarán ese dinero. Por eso es que cuando un político promete cosas gratis termina gastando mucho en las que son poco útiles, es decir, gasta mucho y gasta mal.
Siempre que un político dice que dará “cosas gratis” -subsidios, comida, vivienda, entre otros-, en realidad se refiere a que obligará a todos los ciudadanos a pagar por estas cosas. Por ejemplo, la educación no es gratuita, pues el salario de los docentes, el costo de mantenimiento de la planta física, el dinero para comprar pupitres, los servicios eléctricos, la alimentación escolar y la seguridad del edificio, todo esto tienen un precio; este precio no lo asumen quienes gozan de ello, sino millones de colombianos que no lo disfrutan, pero lo financian pagando impuestos. Entre más cosas gratis quiera brindar un político, más dinero tendrá que tomar de ti. No existe nada gratis, todo siempre lo está pagando alguien y cuando hablamos de gasto público siempre lo pagas tú.
Para hacer realidad los regalos gratuitos que promete el político, él se debe meter más en tu billetera. La deuda pública, los impuestos y la inflación ¡la pagas tú! Por ende, las propuestas de cosas gratis solo son posibles mediante el empobrecimiento económico en masa de los ciudadanos.
Un político solo te podrá dar algo gratis si es él quien asume el costo, pero mientras lo esté pagando con tu dinero (recursos públicos), te está mintiendo.
¡Cuidado! No hay nada gratis. Cuando un político dice que dará cosas gratis, es porque el precio lo pagarás tú. Recuerda que no existen las cosas gratis y que entre más gasta el Gobierno en ti, menos puedes invertir en ti mismo. Recordemos una vieja y acertada frase de Ludwig Von Mises: “El gobierno no puede hacerlo más rico, pero puede hacerlo más pobre”.