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Analistas 26/04/2024

¿Qué tan positivo es lo negativo?

Javier Arenas Romero
Director Harmex S.A.
La República Más

Puede ser positivo evaluar el riesgo al que el Gobierno Petro ha sometido el crecimiento, el progreso y la viabilidad del país. Transcurridos casi dos años, bajo el régimen de izquierda progresista y el establecimiento de políticas económicas anti liberales, ya no es percepción ver la alteración y la repercusión del “errado comprender” del bienestar social.

Es positivo que la espuria teoría del decrecimiento o la visión de anti progreso adoptada irresponsablemente por el gobierno, haya obtenido ya sus cosechas. Entre ellas, y con simple visión económica, una profunda desaceleración que no cede en este año, una caída estrepitosa de la industria, el comercio, la vivienda, las exportaciones, la inversión privada y el turismo interno. Así también se registra una baja en los ingresos fiscales y la caída de las regalías departamentales en más de 80%.

Es positivo aceptar que la infelicidad, la injusticia, la frustración o la indignación, siendo emociones muy negativas, hacen parte de un funcionamiento psíquico que, en el caso social y cultural de los colombianos, ha permitido la florescencia de eventos tan magnos y extraordinarios, como las marchas y protestas que se desplegaron en contra del gobierno y del presidente Petro. Estas masivas expresiones del pueblo, en defensa de la democracia, se han levantado contra el proceder mezquino, poniendo nombres propios a realidades creadas y promovidas por ciertas lacras de la actualidad política.

Es positivo que estas emociones negativas generalizadas, sean las que hoy nos unen y hermanan, a pesar de las infinitas e históricas desavenencias como sociedad, y nos impulsen en la lucha por buscar la salida a este caldo de cultivo en el que nos hemos convertido para aprovechamiento del gobierno actual.

Aunque no se trata de romantizar el sufrimiento, han sido en definitiva las emociones y sentires dolorosos los que han unido a Colombia en los momentos más aciagos en la búsqueda de reconquistar su dignidad. El dolor concientiza y obliga al ser humano a salir en la búsqueda de mecanismos que lo mitiguen o lo desechen siendo la solidaridad un probado mecanismo de soporte.

Es positivo que todas estas calamidades, escándalos clamorosos de corrupción, malas decisiones, mentiras y burlas de este Gobierno, le estén ocurriendo a un supuesto proyecto de cambio y prosperidad. Un proyecto del llamado socialismo Siglo XXI que a su paso va dejando más pobreza, injusticias y desesperanza.

Puede ser positivo que la desazón ciudadana termine por condenar este experimento político cargado de ideología totalitaria entre ricos y pobres; burguesía y proletarios; izquierda y derecha; en un discurso de odio y resentimiento.

Sobre esta manera de enredar y engañar, basta recordar la advertencia que hace el Papa Francisco a esta clase de modelos políticos. Al asegurar que: “gobernar con ideologías no sirve, termina mal. Las ideologías tienen una relación enferma con el pueblo, no lo asumen y terminan siempre en dictaduras. Piensan por el pueblo, pero no dejan pensar al pueblo”.

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