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El cambio tecnológico por el que el mundo atraviesa tiene en jaque a múltiples compañías que aún no ven al área digital como una pieza clave para lograr sus objetivos comerciales. Por otro lado, son varias las que han sacado adelante proyectos realmente innovadores de la mano de la tecnología y están rompiendo paradigmas a nivel de competitividad.
Según un informe publicado por Dell Technologies, en 2030 todas las organizaciones serán tecnológicas y, en consecuencia, los negocios necesitan empezar a pensar desde ahora sobre la manera en que preparan su personal y su infraestructura para el futuro, pues se estima que 85% de los trabajos que habrá para entonces tendrán mayoritariamente que ver con TI (tecnologías de la información) y desarrollo Web.
Sin embargo quienes le apuntan a las estrategias IT como un mecanismo para transformar digitalmente sus negocios suelen encontrarse con algunos desafíos que los hacen desistir, porque no es su saber hacer. Por ello, tercerizar estos servicios con compañías que proveen soluciones en este campo es la carta que los llevará a una partida exitosa.
Lejos de lo que muchos erróneamente creen, contratar en outsorcing este tipo de servicios en áreas de tecnología, en lugar de incrementar los gastos de grandes, medianas y pequeñas empresas, optimiza recursos, no sobrecarga la operación y asegura los resultados que se quieren obtener.
Los negocios crecen cuando el talento adecuado es ubicado en las posiciones correctas dentro de la organización. De ahí que contratar expertos para encontrar a los profesionales cuyas habilidades y experiencia sean técnicas y culturalmente compatibles para la empresa y sus respectivas metas, sea el camino adecuado.
La economía moderna exige un cambio de chip, pero no uno donde los líderes y CEO crean que contar con recursos de tecnología es un activo más, sino uno donde el componente IT sea la piedra angular para llevar el negocio al siguiente nivel. La clave del éxito de las organizaciones reside en impulsar el talento y el potencial de las personas.
Las áreas de tecnología son transversales al negocio de cualquier cliente. Por lo tanto se necesitan profesionales que no solo se dediquen a codificar, se necesita entender el negocio y quién es el usuario final. Es eso lo que permite ofrecer un alto nivel de servicio. Además, hay una gran importancia en que en el proceso de selección se tengan en cuenta habilidades blandas como negociación, escucha, análisis y resiliencia.
En una economía que no da espera y exige una transformación en todas las esferas de los negocios, invertir en IT es fundamental. Montarse en el tren de la innovación y la competitividad es el objetivo y trabajar de la mano de los que saben y cuentan con el talento que su negocio necesita es el pase de entrada a nuevas oportunidades de expansión.