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Analistas 21/02/2025

Transformación empresarial e IA

Javier Tovar Márquez
Profesor Inalde Business School

En uno de los epicentros de la innovación mundial oriental, Singapur, DBS Bank experimentó un punto de inflexión que redefinió su destino. El banco, que tradicionalmente había sido orientado a lo conservador, lanzó el programa “Data Heroes”, en el que 8.000 empleados se formaron en datos e inteligencia artificial. Lo que inició como una actualización tecnológica se convirtió en una revolución cultural, demostrando que cuando la tecnología se alinea con un espíritu de innovación y adaptabilidad, el futuro se escribe en cifras y en la capacidad transformadora de sus equipos.

El contraste occidental se puede ver en el análisis de dos grandes empresas: Netflix y Apple, casos que ilustran claramente cómo la implementación de la IA puede remodelar la cultura organizacional. Netflix adoptó una filosofía basada en la libertad y la responsabilidad, lo que le permitió alcanzar una tasa de retención de empleados de 93% y consolidar una innovación constante. Por otro lado, el fallido lanzamiento de Apple Intelligence evidenció los riesgos de comunicar de forma abstracta y de no cumplir con las expectativas del usuario, minando la confianza y afectando las ventas. Estos ejemplos destacan que la transformación exitosa exige, además de inversión tecnológica, una ejecución precisa, una comunicación efectiva y una coherencia entre la visión estratégica y las necesidades reales de los usuarios.

Para gestionar de manera eficiente el cambio, los implementadores exitosos de proyectos de IA han ido más allá, al establecer un marco de medición integral basado en la experiencia práctica. Si bien, empresas líderes han evaluado factores como la tasa de adopción de soluciones de IA, la satisfacción de los empleados y han hecho un seguimiento del ROI, esto no es suficiente. Entre otros puntos, los verdaderos modelos de transformación asociados a la IA se han preocupado por darle un “tratamiento quirúrgico” a los niveles de ansiedad en las empresas. Han formulado, además, metodologías que llevan a generar seguridad psicológica en sus colaboradores y también han creado fuertes decálogos de valores y objetivos asociados a la llegada de la inteligencia artificial. Por otro lado, estas empresas han desarrollado matrices de riesgos y oportunidades en búsqueda de claridad y transparencia para toda la organización.
Pasemos ahora a un punto fundamental y es la creación de protocolos robustos de ciberseguridad y de manejo de datos (los lagos de datos han evolucionado). Hoy, más que nunca, nuestra información personal y la de nuestras empresas está expuesta. Con respecto a la comunicación, los líderes en implementación también han aprendido que cada paso dentro del proceso debe comunicarse muy bien si se quiere evitar el caos.

Como parte de estos mismos protocolos, debe existir un sistema de renuncias (indicando por ejemplo qué queremos hacer y qué no queremos hacer con la inteligencia artificial). Asimismo, debemos ser conscientes del rebranding. Con seguridad, la IA traerá como consecuencia que por lo que éramos conocidos anteriormente, no lo sea más (al menos en una proporción), lo cual, a su vez, es una oportunidad si se crean nuevas capacidades que complementen las ventajas competitivas actuales.
Por último, recuerde medir todo, ya que lo que se mide termina convirtiéndose en cultura.