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Como padre de dos hijos adolescentes y habiendo trabajado por varios años en el sector de tecnología y finanzas, soy un gran proponente de la idea de llevar la educación financiera a edades tempranas. No se puede discutir el impacto a largo plazo que educar a niños y adolescentes sobre el significado y el impacto que tanto el ahorro como la inversión, tendría en el desarrollo personal y profesional de un individuo. La idea de que este conocimiento teórico y práctico puede conllevar a educar personas autosuficientes en lo que respecta a su futuro financiero, sugiere que esta área del conocimiento debería ser parte de la formación básica.
En un momento histórico donde las tasas de interés a nivel global se encuentran a niveles extraordinariamente bajos, el mercado de valores a 10 años durante los últimos 140 años ha generado retornos promedios cercanos a 10% y existe una alta probabilidad de entrar en un ciclo de inflación prolongado, es importante expandir y transformar la educación financiera que históricamente ha estado enfocada en fomentar el ahorro tradicional. Si bien el ahorrar dinero en alcancías y cuentas de ahorros tradicionales en instituciones financieras permite a una persona estar preparada para emergencias, entender y practicar la inversión es una estrategia crucial para la creación de riqueza.
Con el auge de las aplicaciones móviles y las enormes cantidades de capital de riesgo que han entrado al sector de tecnología financiera o “fintech”, han empezado a aparecer empresas que quieren llevar y democratizar la educación y la práctica de las inversiones financieras al segmento de los nativos digitales, en particular al de los niños y adolescentes.
Uno de los mejores exponentes de esta tendencia es la compañía norteamericana Greenlight, que hace varios años lanzó al mercado una tarjeta de débito enfocada al sector juvenil con la ventaja de que permite que su uso sea administrado por los padres a través de una aplicación móvil. Concurrentemente han llegado al mercado otros proveedores como Current y Step.
El crecimiento de estos servicios y aplicaciones hasta ahora se ha beneficiado de una combinación de factores, incluido el boca a boca, el uso de las redes sociales y los tradicionales programas de referidos, que recompensan a los usuarios por cada nueva suscripción. Y como era de esperarse en un segmento que es fácilmente influenciable por celebridades, estas plataformas han aprovechado sus asociaciones con personas influyentes de las redes sociales como Charlie D’Amelio, Josh Richards, Justin Timberlake y el mismo Will Smith que es a su vez inversionista en Step.
La evolución más importante de este segmento se dio con el lanzamiento en los Estados Unidos del producto Greenlight Max a principios de 2021.
Greenlight Max permite que los niños investiguen acciones utilizando análisis de datos de la firma de servicios financieros Morningstar, aprendan del contenido educativo en la aplicación, compren y vendan acciones (de manera tradicional o fraccionada), fondos mutuos e incluso criptomonedas utilizando los fondos que son depositados allí por sus padres o familiares, provenientes de mesadas y regalos.
Esta nueva categoría de aplicaciones “fintech” comienza a llenar un vacío educativo en lo que concierne a las habilidades de inversión y brinda a los niños la experiencia práctica de invertir realmente, eliminando la mística y misterio que siempre ha rodeado el tema de inversiones en la bolsa.