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Los idiomas continúan siendo una de las eternas asignaturas pendientes en Colombia y en la mayoría de los países de América Latina. El inglés, idioma de referencia a nivel internacional permanece como una piedra en el zapato para los latinoamericanos, aunque el nivel de enseñanza de este en colegios desde edades tempranas se haya incrementado en los últimos 20 años. En el marco de la prolongada cuarentena causada por la pandemia del covid-19, el aprender inglés se volvió uno de los pasatiempos favoritos de muchas personas, lo cual se vio reflejado en la demanda de cursos “online” de inglés brindados por instituciones públicas, privadas y plataformas digitales.
En un mundo globalizado como el de hoy, ser bilingüe, es una necesidad en términos profesionales. Aunque la definición del término bilingüismo se refiere a la capacidad de hablar un segundo idioma, en la vida real, más allá de simplemente hablar, se necesita tener la capacidad de comprender, pensar e interactuar en esa segunda lengua.
Según varios estudios realizados en los últimos cinco años, en América Latina, Argentina tiene el mejor nivel de inglés de la región, seguido de Chile, que se posiciona en un nivel medio y Perú en un nivel bajo, mientras que México y Colombia se ubican al final de la lista. En este ranking que se basa en un parámetro estandarizado conocido como “Índice de dominio del inglés”, Argentina obtuvo 566 de un máximo de 800 puntos, siendo este el puntaje más alto entre todos los países latinoamericanos.
Las iniciativas de gobierno para promover el inglés han venido en aumento en la región a medida que los mandatarios de turno han hecho caso de las estadísticas que muestran una correlación muy grande entre desarrollo económico sostenible y bilingüismo. Estos planes para elevar el dominio del inglés requieren fuertes inversiones en tecnología para permitir la enseñanza remota en escuelas que no tienen maestros calificados en el sitio. En Costa Rica, el dominio del inglés ha mejorado sustancialmente, luego de que por mandato se incluyera como una materia obligatoria hace más de dos décadas, así como por la considerable inversión gubernamental en la capacitación y contratación de docentes.
Debido a la cercanía que tiene México con Los Estados Unidos de Norteamérica, así como la alta concentración de inversión extranjera en sectores de manufactura, es evidente que el dominio del inglés deja de ser un lujo para ser una habilidad de primera necesidad, dado que es el idioma de los negocios. Desafortunadamente y al igual que en otros países de la región, en México, la enseñanza del idioma se obtiene a través de la educación particular, a lo que solamente un porcentaje muy pequeño de la población tiene acceso, convirtiéndose así en un privilegio.
Hoy en día no es necesario que el aprendizaje del inglés se haga de manera presencial, considerando que esa distancia cultural y económica que existió en un principio se ha ido acortando gracias al surgimiento de la conectividad y las nuevas tecnologías.
Es imperativo que tanto gobiernos como padres de familia sean conscientes de la importancia del aprendizaje del inglés como una herramienta indispensable para el desarrollo profesional en una economía globalizada en la que desde hace un par de años, el trabajo virtual pasó de ser una excepción a algo común y corriente, lo cual hace que las posibilidades de empleabilidad trasciendan fronteras y se generen oportunidades de trabajo remotas con empleadores extranjeros.