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La transición energética es una necesidad imperante para combatir el cambio climático y asegurar un suministro energético sostenible. En los próximos 15 años, la energía nuclear, tanto de fisión como de fusión, debe desempeñar un papel crucial en esta transición, dada su capacidad para generar electricidad de manera continua y con bajas emisiones de carbono. Sin embargo, la percepción pública, muchas veces distorsionada por los miedos infundados y las desinformaciones, plantea desafíos significativos para la adopción de esta fuente de energía.
Uno de los mayores obstáculos para la aceptación de la energía nuclear son los accidentes históricos, como los ocurridos en Chernobyl y Fukushima. Estos eventos, aunque trágicos, han eclipsado los avances tecnológicos significativos en la industria nuclear. Por ejemplo, la fusión nuclear, una tecnología emergente, promete ser más segura y más eficiente que la fisión nuclear tradicional, con el potencial de revolucionar la producción de energía.
Una de las tecnologías emergentes en el ámbito nuclear es la fusión, que promete ser una fuente de energía más segura y eficiente en comparación con la fisión nuclear tradicional. Esta tecnología al fusionar átomos en lugar de dividirlos tiene el potencial de generar electricidad con mínimos residuos radiactivos y sin el riesgo de un colapso nuclear. Empresas como CFS y TerraPower (fundada por Bill Gates), y NuScale Power están trabajando en soluciones de energía nuclear segura y avanzada. TerraPower está desarrollando reactores de viaje rápido y NuScale Power está enfocada en los reactores modulares pequeños, que prometen ser más seguros y flexibles que los diseños tradicionales.
En el escenario internacional, la falta de comprensión pública sobre la energía nuclear ha llevado a decisiones políticas desafortunadas. Un caso emblemático es el de Alemania, que decidió cerrar sus plantas nucleares tras el desastre de Fukushima en 2011. Sin embargo, la crisis entre Ucrania y Rusia en 2014 reveló la dependencia de Alemania del gas ruso, lo que llevó al país a reactivar plantas de carbón, una fuente de energía mucho más contaminante. Este retroceso en la política energética no sólo va en contra de los objetivos de reducción de emisiones de carbono de Alemania, sino que también pone de manifiesto la necesidad de una fuente de energía fiable y de baja emisión.
Por otro lado, las energías renovables como la solar y la eólica, aunque cruciales, enfrentan desafíos significativos. La intermitencia en la generación de estas fuentes requiere soluciones de almacenamiento de energía avanzadas para garantizar un suministro constante de electricidad. Actualmente, las soluciones de almacenamiento de baterías necesarias para mitigar esta intermitencia están en etapas de desarrollo y su costo sigue siendo una barrera para la adopción generalizada.
La transición energética es una tarea titánica que requiere una revisión seria de las fuentes de energía que utilizamos y en este contexto, la energía nuclear, con su baja huella de carbono y su capacidad para proporcionar una fuente constante de electricidad, es una opción viable para una transición energética exitosa. Sin embargo, para que esto suceda, es esencial superar los miedos y las desinformaciones que rodean a esta fuente de energía. Es imperativo que los gobiernos, la industria y las instituciones educativas trabajen juntos para educar al público sobre los beneficios y los avances de la energía nuclear, incluyendo la prometedora tecnología de fusión nuclear.