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A diferencia de años anteriores, Samsung se adelantó a sus competidores en el mundo de la tecnología móvil con el lanzamiento de sus nuevos teléfonos inteligentes. Una semana antes de que la industria móvil se reúna en Barcelona para el “Mobile World Congress”, evento en el que año tras año operadores y fabricantes discuten el futuro de la misma, Samsung anunció con bombos y platillos desde el centro del “Sillicon Valley” una actualización de la serie Galaxy S y la llegada del tan esperado teléfono de pantalla plegable. Uno de los modelos anunciados incluye un radio capaz de funcionar con la tan esperada tecnología de quinta generación o 5G que teóricamente podrá ofrecer velocidades de descarga de datos nunca antes vistas. Lo paradójico del asunto y lo que de alguna manera lo hace ver como una pura estrategia de mercadeo un poco engañosa, es que las redes de 5G están todavía en pañales en mercados sofisticados como Estados Unidos y Europa y un poco más lejos de ser comerciales en mercados emergentes como Latinoamérica.
En Estados Unidos, Verizon lleva un par de años haciendo pruebas de 5G y su cobertura se extiende a unas pocas ciudades pequeñas. Del otro lado, AT&T también tiene redes 5G en prueba, pero su cobertura hoy en día solo alcanza siete ciudades. Aunque para el usuario tradicional la llegada de una nueva generación de tecnología móvil parezca algo emocionante al apreciar las mejoras que trajo la llegada de la 4G a los teléfonos, en términos de calidad de servicio, velocidad de datos y la aparición de aplicaciones innovadoras, la llegada de las redes 5G es intrínsecamente mucho más importante para las empresas que ofrecen servicios de banda ancha fija y para el desarrollo del tan esperado “Internet de las cosas” (IOT por sus siglas en inglés).
Luego de los resultados negativos anunciados por Apple a principio de año, que confirman el nivel de madurez de la industria y avisan sobre una caída en las ventas de teléfonos móviles en general, todos los fabricantes esperan la llegada del 5G como una razón que les ayude a convencer a sus clientes para que renueven sus terminales. Al menos durante 2019, los teléfonos móviles y tabletas con 5G serán modelos más costosos sin mayor beneficio al consumidor promedio. Los “smartphones” que vengan con la funcionalidad “5G” en realidad no harán nada diferente a sus hermanos “normales”, pero tendrán un precio más elevado. Siendo realistas y conscientes de la cantidad de infraestructura y el costo de su despliegue masivo, la disponibilidad real de servicios de 5G estará limitada a ciertas zonas geográficas y ofrecerá una escasa, por no decir insignificante, variedad de ventajas para el consumidor en el corto plazo.
En términos comerciales, los operadores móviles todavía están estudiando cómo se hará el cobro de los servicios de 5G, particularmente en un mundo donde los planes de datos ilimitados son el pan de cada día y los usuarios no tienen una clara percepción del valor que estas nuevas redes pueden ofrecer ni entienden claramente las ventajas de comunicaciones con una menor latencia, un parámetro crítico para los comunicaciones entre máquinas inteligentes que representa la diferencia entre recibir un dato en tiempo real o con cierto retraso. El beneficio para los usuarios del corriente de la latencia ultra baja del 5G será indirecto, siendo esta tecnología imprescindible para aplicaciones futuras como la navegación de los vehículos autónomos y el desarrollo de ciudades inteligentes.